Sueño tu boca en la ciudad encapotada. El cielo gris y seco deja la piel de la ciudad muerta. Nada brilla bajo este cielo. Las gentes se esconden en los portales, en las casas, en todos los lugares que puedan guarecerlos de un frío que ha vuelto y les ha pillado desprevenidos.
Tu boca antes me salvaba de las cosas. Ahora camino la ciudad gris y todo me parece podrido y hediondo. La ciudad me muestra su rostro más verdadero, más cierto. Mujeres y hombres unidos con una fruición y un deseo que no existe, que es puro fingimiento.
El sexo y el falso amor gobiernan ese mundo. El dinero lo compra y lo vende todo. Tu boca era invulnerable a todo. Y ahora todo es igual, todo se cae y se rompe sin que podamos arreglarlo. A veces ni siquiera verlo.
Sueño tu boca en la ciudad encapotada. Sueño contigo. Nada más.
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