Va a la terapeuta un cliente que tiene un problema muy grave: es feliz. Nadie le entiende, se siente fuera de onda en todos los sitios. Vaya por donde vaya sólo encuentra gente triste. Desempleados. Agobiados por las deudas. Gente que está triste porque la situación está chunga y eso.
Al cliente le causa agobio ser feliz mientras los demás se deprimen. Y además es feliz sin motivo. No tiene un buen trabajo. No tiene un nuevo amor. No tiene mucho dinero. Ni un coche nuevo. Simplemente se siente feliz. Y quiere gritarlo a los cuatro vientos. Pero cuando alguien le pregunta y él dice: bien, estoy muy bien, muy feliz, la gente le mira raro y deja de hablarle. Y cuando le ven sonreír lo mismo. Su novia casi no le aguanta tanta felicidad y su padre no quiere ni verlo. Así que se está convirtiendo un paria social por culpa de la felicidad.
La terapeuta que es muy lista, le ha dicho, miente, hombre, di que estás triste, y parece que así lo lleva mejor, siendo feliz en secreto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario