Hasta qué punto puedo decir que toda mi literatura es una lucha contra mi propia naturaleza no lo sé. Tal vez sea todo una forma de rebelarme contra mí mismo, contra ese yo seco y silencioso que pasea por las tardes sin hablar con nadie ¿Escribo para redimir mi silencio? ¿O sólo para llenarlo? ¿O es sólo que me he comprado una pluma nueva? Tampoco sabría decir si camino para dejar a la gente a un lado, para apartarla de mí, para poder estar en silencio y sin escuchar durante un tiempo. O tal vez es sólo que tengo unos zapatos nuevos y quiero gastarlos.
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