Yo vivo en otro nivel. Ya no necesitó dormir. No necesito comer. No necesito nada de nada. Bueno, sí, necesito agua, para ducharme, y alguien que me vea hacer las cosas, tú por ejemplo. Y como dormir es un imprescindible para soñar debería resultar que ya no sueño. Pero no es así. Sueño. Sueño.
Sueño que bailo. Y que después de bailar, sin pisar a la mujer que baila conmigo, ella sonríe y nos marchamos al campo. Y que ella no me dice nada pero me espera, así que yo voy con ella. Y cotilleamos sobre si dos que pasan por allí son lesbianas.
Y todo eso, despierto. Tengo una cara que da mucho miedo, unas ojeras kilométricas. No puedo dormir, así que no duermo. Pero sigo con mi vida. O lo intento. Vivo en otro nivel. Casi con los ojos cerrados. Y cayéndome todo el rato. A ver si sueño que duermo y me lo creo tanto que ya no me haga falta.
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