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martes, mayo 11, 2010

LA NOCHE DE LOS PATOS

Caminábamos, caminando, caminito para quitarnos las penas. No es que tuviéramos grandes penas. Eran las penas de siempre. Tiernos. Locos por vivir. Caminábamos. Los de siempre. Salíamos a la calle con pasos de ave, normal, sin ningún compás, aturdidos. Un poco por la primavera. Otro poco por nuestras cosas de siempre. Tiernos. Locos por vivir.

Lo hacíamos tan a menudo que resbalábamos. Caminábamos para quitarnos las penas. Y resbalábamos en ellas. Tiernos. Locos por vivir. Siempre parecía que estábamos bailando. De lo raro que nos movíamos. Y hablábamos. ¿Qué iba a ser de nosotros si no hablamos? ¿Qué íbamos a hacer?

Ella tiene en sus ojos un brillito que deja de…hay ratos que la suerte un día cambia y le trata bien. Y a mí también. Tiernos. Locos por vivir. Muchos secretos. Y cosas que nadie nos puede robar. Y siempre un plan B. Tiernos. Locos por vivir.

Era la noche de los patos. No respetamos las señales. Nos responden ellos a los reclamos. Vivir así no puede ser malo. Duele pero no escuece. En otro momento en otro tiempo en otro lugar…

Caminábamos, caminando, caminito para quitarnos las penas. Pocas o no. Tiernos. Locos por vivir. Era la noche de los patos y ellos hacían sus propios reclamos. Tiernos. Más de media noche. Paseamos por los bares. Nos entretenemos a cada rato. Caminamos por la sombra. Como van los patos pardos. Los patos no tienen dueño. Los patos no tienen amo. Tiernos. Locos por vivir.

Tiene en sus ojos un brillito que…


Caminando, caminito

1 comentario:

Creatura dijo...

Y en unos días, la de los gatos!