Los patos se están poniendo pesados. Yo no sabía que eran la mayoría machos. Y que estamos en esa época en que a los machos les pasa lo que les pasa. Así que los pobres van dándose contra las paredes para calmarse o lo que sea. Es una delicia tener dedos presinles siendo macho. Y extensibles siendo hembras.
Pero estos pobres no tienen nada, así que se pasan el día dando picotazos a todo lo que se mueve para tratar de quitarse la tensión. Me acuerdo ahora del chiste de las gallinas que aprendieron a nadar y pienso que estos si ven una canaria cerca le tirarían ficha.
La terapeuta y yo no es que estemos mejor. Yo me paso la vida mirándole las tetas y el culo. A ella y a todas las demás. Así que llevo una vida caliente. Una vida dura. Pero voy aguantando. No sé cómo pero lo hago. Hace ya tanto que muchas veces siento que me quemo, pero no sé bien qué tendría que hacer.
Pero ese es otro tema, lo principal es lo de los patos, que no saben qué hacer los pobre, aparte de rozarse con las piernas de todas las mujeres. Parece que a ellas les gusta. Tal vez ese sea nuestro camino.