El misterio es un punto fundamental en
el arte. Es necesario que las obras tengan un interrogante, una
pregunta anclada a la que no se pueda responder o a la que haya
múltiples respuestas o tal vez ninguna.
No estamos hablando del misterio de las
novelas negras, sino del misterio de elementos o personajes que
aparecen, que contienen una historia en sí mismos, pero que no
podemos desvelar. Pero sí inventar y he ahí uno de los quids de
esta cuesta cuestión, la comunicación con el espectador, con el
lector o receptor de la obra. Este se ve impelido a encontrar una
respuesta.
El arte, liberado del misterio, se
vuelve más plano, más vacío. Cuando todo está explicado, todo
contado, nada queda para que el espectador rellene huecos, para que
participe en la obra activamente y la haga suya.
No sabemos quién es el fantasma que se
reúne con la Señora Muir para escuchar las lecturas que a esta le
hacen. No sabemos qué le ha sucedido a la gitana y el gitano del
Romance Sonámbulo, sólo que ya está ella, verde carne, pelo verde,
en el aljibe y él reclamando sábanas para sus heridas. No sabemos
qué hace ahí el Piano Man de Billy Joel o quién es la Sara de
Fleetwood Mac.
El misterio se vuelve fundamental en la
pintura, paisajes, figuras que aparecen en un cuadro, que tienen una
historia que no sabemos ni vamos a saber, una historia que tenemos
que resolver y que siempre será una pregunta sin contestar, una
aproximación a la verdad.
¿Qué mira por la ventana Ana María
Dalí? ¿Qué esconde esa enigmática sonrisa de la Mona Lisa? ¿Quién
es Cristina? ¿Qué hace en el suelo, en ese paisaje tranquilo o
desasosegante o real o incierto? ¿A qué espera? ¿a quién? ¿Espera?
Todas esas preguntas se nos activan cada vez que vemos el cuadro, que leemos, escuchamos o recordamos una canción, un cuento, un poema, una novela. Ese es el misterio, saber que esas obras contienen más preguntas que respuestas, más posibilidades que certezas. Algo que siempre podremos o no descubrir.
(El fantama y la señora Muir es
una película de Joseph L. Mankiewicz y un cuento de Javier Marías.
Romance Sonámbulo, el número cuatro del
Romancero Gitano de Federico García Lorca.
Piano Man, canción de Billy
Joel.
Sara, canción de Fleetwood Mac.
Figura en una ventana, de
Salvador Dalí, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Gioconda, de Leonardo Da Vinci. Museo
del Louvre, París
El mundo de Cristina, Andrew Wyeth,
MOMA, Nueva York)
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