Como hace mucho calor me he ido a dar
una vuelta por Toledo, ¿qué mejor sitio para estar en un caluroso
día del mes de Julio que la ciudad de Toledo? Casi cualquiera. Los
peces del Tajo se han muerto todos para no tener que aguantar ni un
minuto más el calor. Los de los parkimetros, gente muy maja, van de
un coche a otro a la misma velocidad que le crece la barba a Falete.
Una controladora, superatractiva, ha pasado delante de mi coche y he
roto el papelito para hablar con ella mientras me ponía la multa.
Pero por no hacer esfuerzo no ha sacado el boli y la libreta y me he
tenido que ir sin multar.
Este calor es revitalizante, las calles
estaban vacías y las piscinas llenas. Llenas de maleantes que pegan
a los socorristas. Uno se quejaba en la radio, pero con la voz
distorsionada. Pegar a un socorrista es como pegar a uno de los de la
camilla en el fútbol. Hay que ser comeyogures para pegarlos. Pero el
mundo está lleno de comeyogures. Miradme a mí que me he ido hoy a
Toledo. Y a gastar dinero.
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