A un amigo su mujer le ha sido infiel.
Con su jefe. Cosas del poder. El problema de todo esto es que la
noticia circula continuamente por todas partes. No hay corrillo del
barrio por el que te asomes donde no oigas algo sobre el tema. Esto a
mi amigo no le duele. Quiere que la gente lo sepa todo. Total, él no
ha hecho nada.
Ella misma lo contó. Lo puso en
facebook. Así es la vida ahora. Las viejas pretendientes y novias de
mi amigo pusieron el grito en el cielo y dijeron que ella siempre
había sido una suripanta. Y unos cuantos colegas la llamaron. Porque
si lo ha hecho una vez puede repetir, ¿no?
Mientras todo se hace público, todo se
habla, todo se comenta. Él va a tomarse algo con el infiel esta
tarde en un bar. Quiere saber detalles. El conocimiento es poder. O
tal vez tortura. Ya nos contará.
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