Pensaba hace un momento, mientras miraba mis crispies en el tazón, qué escribir sobre la noche de ayer, qué decir sin decir algo que ya esté dicho, decir algo nuevo, algo que yo mismo ya haya escrito o que se haya escrito en cualquiera de los otros blogs de los otros poetas o de los otros espectadores que vieron lo mismo que yo vi.
Pensaba también en la imposibilidad de aprehender el momento de ayer, de captarlo y ser capaz de tenerlo y mirarlo una y otra vez, a ser posible desde un punto de vista realmente objetivo. Porque soy consciente de que no se puede escribir, ni vivir, más que desde un punto de vista meramente subjetivo. Por más que yo hoy, ahora, quiera escribir desde un punto de vista totalmente objetivo, sin dejarme llevar por razones extrañas y propias, sin dejarme llevar por si el color morado me gusta, o si los pendientes de aro me recuerdan a los aros de los domadores por donde pasan volando de un lado a otro los leones, o los espectadores que miran esos aros.
Y caigo ahora que tampoco se puede juzgar el trabajo de nadie por un mero apunte, por unos cuantos, ¿seis? ¿cuatro?, representaciones de ese trabajo. Y por algo que no tiene que ver realmente con ese trabajo. Es decir, ¿se puede juzgar una obra por una parte mínima de la misma? ¿Podemos juzgar el aplomo o la soltura a la hora de hablar cuando estamos realmente juzgamos lo que escuchamos, lo que se dice?
A pesar de todos estos problemas, y de otros problemas morales y de otra índole que me acompañan, estoy encargado de escribir, o describir, lo que ayer sucedió o simplemente vi durante el III Poesía en los bares celebrado en Illescas gracias a Ramón, Kebran.
El acto en sí fue ameno, rápido, divertido por momentos, emocionante por momentos (Lucía Boscá y su último poema y su pequeño ataque de pánico), lleno de amigos que se felicitaban y se conmovían y se querían y se besaban y bebían. El acto en sí fue un éxito, fue grande y debería repetirse una vez y otra vez porque parece que por más que repitamos siempre hay algo especial en estos momentos, en estos actos.
La presentación del libro del Kebran fue emocionante, acompañado por Gsus Bonilla y David González que leyó uno de los poemas de Ramón, el libro quedó justamente homenajeado así como su autor e impulsor de este y otros actos.
Después María Gómez, joven de nuestra localidad, acompañada de su guitarra cantó uno de sus temas originales. Bonita canción y estupenda interpretación de los momentos por parte de la acompañante musical.
Abrió el fuego Deborah Vukusic. (Debería haberlo hecho Ana Pérez Cañamares, pero un contratiempo se lo impidió). Gran actuación de la poeta. Sugerente. Divertida. Vendió unos cuantos libros después.
Le tocó el turno después a Laura Rosal. Buena performance. Rompiendo los papeles. El círculo del terror. Una poesía emocionante y física. Para estremecer las partes del cuerpo según las iba nombrando.
Arrancó después Leticia Vera. Poco podemos decir de ella. Es nuestra poeta. Colaboradora del Creatura. Poesía que entrega muchas sensaciones. El miedo que la misma autora siente de vivir entre ellas.
Después le tocó a Lucía Boscá. Estuvo a punto de irse al principio pero aguantó los nervios y la tensión. A pesar de que al final se emocionó y nos emocionó a todos con su último poema y la mezcla de los sufrimientos personales y los sufrimientos colectivos. Del sufrimiento grande y pequeño de uno y el grande y miserable de tantos y tantos. Esperemos que Lucía recuerde con agrado la experiencia y vuelva a repetirla.
Coché López, caótica y simpática, nos presentó su poesía actual (con referencias incluso al partido del sábado del Barça). Poesía un poco caótica como la misma autora. Y divertida como la propia autora. Y un poco loca ¿también como la autora?
Arrancó después Leticia Vera. Poco podemos decir de ella. Es nuestra poeta. Colaboradora del Creatura. Poesía que entrega muchas sensaciones. El miedo que la misma autora siente de vivir entre ellas.
Después le tocó a Lucía Boscá. Estuvo a punto de irse al principio pero aguantó los nervios y la tensión. A pesar de que al final se emocionó y nos emocionó a todos con su último poema y la mezcla de los sufrimientos personales y los sufrimientos colectivos. Del sufrimiento grande y pequeño de uno y el grande y miserable de tantos y tantos. Esperemos que Lucía recuerde con agrado la experiencia y vuelva a repetirla.
Coché López, caótica y simpática, nos presentó su poesía actual (con referencias incluso al partido del sábado del Barça). Poesía un poco caótica como la misma autora. Y divertida como la propia autora. Y un poco loca ¿también como la autora?
Isabel García Mellado presentó un poesía pequeñita como ella. Un poesía muy íntima y muy suya. Una poesía de una vida pequeñita que va creciendo y creciendo y aunque no parece gran cosa, parece que no va a crecer que no va a ser grande, te equivocas. Al final crece.
Cerró el acto Carla Badillo. Poeta ecuatoriana venida del país sudamericano. Trajo tequila y mucho tacos, como si le fuera necesaria esa ruptura de las cosas, esa ruptura del lenguaje y de la tranquilidad para expresarse. Poesía traída de la literatura. Y que busca emocionar al auditorio.
Luego la cosa se fue diluyendo. Aplauso a Ramón. Firma y venta de libros. Peticiones de Creatura. Copas. Risas ya no tan nerviosas. Y la cosa se fue alejando y perdiendo en ese nudo de amigos que eran y fueron los poetas de ayer. En ese nudo que esperemos no se desate, porque ayer, esta mañana, los próximos días, quedó atado y bien atado.
Luego la cosa se fue diluyendo. Aplauso a Ramón. Firma y venta de libros. Peticiones de Creatura. Copas. Risas ya no tan nerviosas. Y la cosa se fue alejando y perdiendo en ese nudo de amigos que eran y fueron los poetas de ayer. En ese nudo que esperemos no se desate, porque ayer, esta mañana, los próximos días, quedó atado y bien atado.
10 comentarios:
Kebran, ha sido la puta hostia. Yo me habría quedado una semana con toda la gente de ayer. Organiza más, los necesitamos.
Por cierto, encantado de conoceros a todos, ha sido un verdadero placer, no nombro porque me olvidaré de alguno.
Y esas chicas, a cada cual mejor, de corazon, lo hicistéis de puta madre.
Abrazos.
He puesto el comentario creyendo que era el blog del Kebran, pero bueno, queda claro como fue.
Oye, las fotos se podían subir a algún album de Picassa o en un Zip, no?
Abrazos,
VAYA CARTONES QUE TENGO.
DE VERDAD QUE ESTOY HECHO UNA PUTA MIERDA
EL KEBRAN
Y GRACIAS RUBÉN.
perdoname carla que ha habido un lapsus
que escribía sobre mis cartones en esa verola
pero bueno
que todo muy bien
y que muchas gracias
el kebran ( ahora si)
I LOVE ILLESCAS CITY.
una vez más.
kebran, kapullo, te estás
pasando
y serás el responsable de mis infartos
cuando necesite un hígado
te lo voy a pedir.
ya sabeis como es esto de internet... un día sales de casa dispuesto a chapotear en los charcos y te metes por aquí y sales por el otro lado, tuerces esta esquina y la otra la enderezas... para al final no saber como has llegado hasta aqui.
"Bares" + "poesía" = mmmmmmmmmm
me pone, me pone. Se despide un humilde trovador y amante de tan tentadora combinación
gracias por el relato... desde dentro se vive diferente.
el morado me gusta y ayer me puse aros (cosa que no suelo hacer porque me parecen de kinki y porque no suelo llevar pendientes) para domar mi propia fiera.
doy miedo, la verdad...
un abrazo y gracias infinitas.
Es bonito Deborah, pero en realidad no hablaba de tus aros. sí de tu morado, pero no de tus aros. Los aros los llevaba otra de las poetas. Aún así me gusta tu explicación.
Qué bonitísimo todo :)
Ya se lo dije a Kebran y a Laura Rosal en sus respectivos blogs. Enhorabuena. Gracias por la completa crónica del acto que, según se ve, fue un éxito.
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