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sábado, octubre 25, 2008

CAMBIO DE HORA


Como cada año ese mismo día se cambiaba la hora. Se pasaba del bello y optimista horario de verano al de invierno, oscuro, triste y frío.
Ese día, pues, el día tenía una hora más, una hora que llenar, una hora en la que hacer algo. Cuando era niño un día esperó a que fuera esa hora escuchando la radio, pero nada pasó, al comenzar el boletín horario dieron la hora como si tal cosa, sin nigún misterio.
Pero ¿dónde iba esa hora? Y ¿qué hacer con ella? Esa hora desaparecida y mágica y esa hora entregada y mágica le tenían preocupado. Buscó un ritual adecuado que llevar a cabo ese día. Llamar siempre a una persona, ir a un lugar, ponerse la misma ropa...
Pero todo eso no le llenaba. Esa hora de más que ocupar haciendo algo de provecho seguía vacía por más que buscaba, por más que quería llenarla.
Un día por fin comprendió que lo mejor que podía hacer con esa hora, que lo que debía hacer y hacer siempre con esa hora era lo que había hecho ese año, quedarse dormido.


Reloj no marques las horas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre pienso que la he cambiado a destiempo, que se me va a olvidar, que he podido cambiarla 2 veces, que si el movil lo hará automaticamente¿?y el ordenador¿?seguro que llego tarde,¿Tengo un despertador a pilas?ni de coña!!seguro que llego tarde.