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domingo, enero 31, 2010

TRAICIÓN

El pelo de Laura, moreno, media melena, se ha dejado algo de flequillo, está aplastado, desordenado, sudado. Sus ojos cerrados, su boca apretada, en su cara esa imagen contradictoria de dolor y de ansia, de más. Sus ojos han sido más grandes que nunca cuando los ha abierto de repente. Y ha abierto también su boca. Y ha caído otra vez. La cama ha sido más blanda, más dulce.

Luis, ahora a su lado, se ha pegado a su oreja y le ha ido hablando. Quería provocarla. Que riera. Que se diera la vuelta y le mirara a los ojos, pero Laura, la mirada perdida, sus ojos enormes en algún punto del techo, no lo ha hecho. Por primera vez desde que lo hace Laura se siempre culpable. Siente que está traicionando. Que aquello no es que esté mal. Es que es indigno. Le han entrado ganas de llorar, de marcharse. Pero Luis la ha abrazado y ella ha tenido que quedarse quieta, cerrar los ojos, aguantar. Hoy no ha sido un acto de amor. Le ha gustado. Pero no ha sido un acto de amor. Ha sido otra cosa que no sabe definir. Laura no sabe.

De vuelta a casa Rubén estaba contento. Veía un partido. Reía. Al llegar ella se ha quitado por un momento los auriculares y la ha sonreído. Estaba tan contento que Laura ha tenido ganas de golpearle. ¿Por qué? Ha pensado en Luis. Laura no sabe a quién está traicionando ahora. A Luis. A Rubén. A sí misma. A todos.

La alegría de Rubén siempre es misteriosa, pero últimamente es, además, constante. Y no sabe ella a que se debe. Por qué aquel hombre siempre triste. Aquel hombre impenetrable está ahora así. Y sobre todo no sabe por qué la mira así. Por qué la mira de esa manera tan nueva y que a ella le gusta tanto. Por qué se concentra tanto en sus ojos y la busca por dentro. Cree que sus ojos la están llamando. No quiere mirarlo. Se va arriba, se mete en la ducha. El agua en su espalda, en su cabeza la hacen pensar más aún. Y no consigue salir de su bucle de contradicción. No sabe por qué sus ideas tan claras se han enturbiado. Por qué Rubén ahora. Cómo lo ha hecho para otra vez volver a sus pensamientos. Cómo lo hace para que ella se sienta así. Y piensa en Luis y en como hace sus ojos crecer. Y sus ojos se cierran bajo el grifo de la ducha. La respuesta no llega, pero el agua al menos es placentera. Limpia.


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