Publicidad

miércoles, febrero 18, 2009

SANGRE

Pensaba en ti mientras sonaba la canción. Al rato, la verdad, sólo sonaba en mi cabeza. La guitarra y la voz sola. Era a veces mi voz, a veces tu voz, a veces la voz del cantante.

“No quiero ser el que sabe más. El que nunca falla. Detesto ser el que va detrás y te levanta”

Pensaba en ti. En tus desesperaciones. En tus obsesiones. En tus problemas. En mis problemas. En todo. En ti. Pienso mucho en ti. Nunca sé bien qué pienso ni por qué lo pienso. ¿Pienso?

“Y yo curo más que lo que puedas respirar”

Pensaba también en todo el daño que te he hecho. En todo lo que has sufrido por mi culpa. En las heridas que te quedarán. En que no sé cómo sanarán. En que no sé si podré curarlas yo. Pensaba que no se debe querer a nadie. Porque se le acaba haciendo daño. Porque no se puede aprender a querer. Yo no pude enseñarte a ti, ni tú a mí.

“Amanecer charlando con cara de locos”

Pensaba en ti. En quererte a ti. ¿Cuánto daño te he hecho? ¿Podrás perdonarme? Pensaba en olvidarte, pero, ¿cómo si sigo pensando en ti?

“Mañana que hoy estoy fatal”

Pensaba. No sé hacer otra cosa. Pensaba en ti. La canción seguía repetida y como loca. Repetía partes sin sentido, acordes tres y cuatro veces y cinco más. Pensaba en ti. Recordaba tu cara y la olvidaba. Recordaba tus ojos y tus piernas. Tu desnudo. Tu camisa blanca.

“Hoy me he quedado pillado al verte”

Pensaba en ti. Y en cierta forma pensaba en la sangre. En mi sangre. No corriendo por ningún lado. Mi sangre quieta en mis venas. Mi sangre pobre y anémica y un poco menos roja de lo normal. Mi sangre sola.



Sangre

No hay comentarios: