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martes, febrero 24, 2009

LAS VIDAS DE RUBÉN BRAVO, dos

De todas las vidas de Rubén Bravo la más placentera era la que no vivía, la que imaginaba solamente. Era una vida fantástica en todos los sentidos de la palabra. Fantástica porque era maravillosa. Fantástica porque era falsa. Y fantástica porque era pura fantasía.
En ella vivía grandes temporadas del día. Cuando algo se le volvía difícil de aguantar, cuando se aburría, cuando, sin previo aviso, algo le recordaba esa vida y le echaba un vistazo, corto o largo, según fuera el día y la fantasía.
De entre todas esas vidas paralelas de la fantasía la que más le gustaba era la que compartía con ella. Las comidas familiares, las noches en el salón viendo la tele, los domingos oyendo, de acuerdo o no, el sermón, el paisaje, los detalles pequeños que configuraban esa falsa existencia.
Esta vida le gustaba vivirla porque la vivía con ella, porque comprendía que la vida, esa vida, era una mala vida, no la peor, pero casi la peor vida posible. Rodeado de extraños, de figuraciones, de cosas que no quería ni le interesaban.
Pero estaba ella en esa vida. Y le quería. Se querían. Y así esa vida no era vivible, era algo más.
De todas esas vidas falsas era la que prefería vivir, la que vivía con la mujer a la que más había amado.
Con la única mujer que le había amado no fantaseaba nunca así.

Vida fantástica, paisaje

4 comentarios:

mammamia dijo...

¡Qué capacidad,señor Rubén!¿Para cuando un libro?

SaiZa dijo...

Estoy con mammamia, ¿para cuando el libro? y espero no sea en su mundo de fantasía. Un beso

Ángel Rodríguez dijo...

Bonito cuadro!

Anónimo dijo...

Es que el señor Rubén es un artista escribiendo y transmitiendo emociones.
¡QUEREMOS UN LIBRO TUYO!