Publicidad

sábado, febrero 07, 2009

NADA

Rubén, entrenador frustrado, escritor frustrado, amante frustrado, hombre frustrado, solía salir a pasear por las mañanas. Le gustaba salir de su casa, de sus pensamientos y a pesar de recorrer siempre el mismo camino, sentir que las cosas cambiaban a su alrededor de una forma cierta e impredecible, o cierta y predecible.
Muchas veces se encontraba con gente que le saludaba, que le contaba partes de su vida que a Rubén no le importaban, pero que escuchaba pacientemente, porque nunca se sabe, de cualquier parte puede salir un relato apasionante.
Él no contaba su vida, ¿para qué?, su vida era simple y pequeña y fácil. Se levantaba, leía, escribía o no, simplemente no hacía nada, ¿a quién iba a interesar eso? La nada no era interesante.
Salió una mañana a pasear, 7 de febrero, hacía mucho frío para ser febrero, y se dio cuenta de que había repetido en el curso de su pensamiento muchas veces seguidas la palabra nada. Y casi siempre acompañada de ella la palabra espera.
Y descubrió, en un momento, mientras caminaba por la misma calle, nada. Que no había nada que descubrir. Ni que esperar.

Y raramente, Rubén, suspiró aliviado.


Nada

No hay comentarios: