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sábado, noviembre 22, 2008

ÁLVARO CARRERO

Dicen que reírse es una terapia. Que reírse ayuda a vivir más y mejor. Que es bueno reírse al menos una vez al día, pero, ¿Será sano reírse tanto como lo hicimos anoche con el monólogo de Álvaro Carrero? Hubo momentos en que dolía el pecho, la garganta, que había que mirar al suelo para serenarse, se oían toses estentóreas, vamos que aquello no parecía muy sano.
Pero fue muy divertido. Ante más de 150 personas que abarrotaban el Salón de Actos del Nuevo Centro Cultural, Álvaro Carrero desplegó durante una hora (una hora seguida el tío) un fabuloso monólogo que trascurría por las vidas de todos nosotros.
Desde el colegio al Carrusel Deportivo, la realeza, las pajas, el sexo, Dios, todo cabe en este monólogo divertido, tenso, vibrante.
Prueba de ello es el estado de excitación del público (recordemos ahora que en el Salón de Actos cabe menos gente de la que allí se dio cita, que tuvieron que colocar sillas supletorias, que hubo alguno que se quedó de píe), las risas, las identificaciones con las situaciones, el fluir de aplausos.
Así que es posible que la noche de ayer recortara un poco nuestra esperanza de vida por ese atracón a reír que nos pegamos durante una hora, pero que quieres que te diga, de algo hay que morir, y por qué no morirse de risa.
Dejo un enlace de youtube para el que quiera ver a este monologuista. Y si lo pilláis por ahí, id a verle. Y dadle una oportunidad a los chicos del Centro Joven, que con lo de ayer se han ganado que a su próximo monólogo vayamos, al menos, los mismos.
http://es.youtube.com/watch?v=p1b97nRtGeQ

Álvaro Carreo. Cuidado, sólo uno es el verdadero.

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