Publicidad

sábado, agosto 02, 2014

LOUIS DE FUNES, LA RISA COMO OBJETIVO

Hacia finales de los 80 eran habituales los ciclos cinematográficos en la televisión. Ciclos de actores como Rocío Durcal o Chaplin o ciclos de una temática como el humor o el musical llenaban las noches televisivas antes del nacimiento de los audímetros.

Uno de esos ciclos de actores ocupaba a un pequeño actor francés que hacía comedias y que tenía una personalidad y una voz que ocupaba toda la pantalla: Louis de Funes. Con sus personajes indignados y gritones Funes hacía reír en sus películas que no tenían más pretensión que esas de hacer pasar un buen rato a los espectadores.

Funes, hijo de españoles inmigrantes a Francia, representaba casi siempre el personaje de un hombre que acababa perdiendo los nervios, que acababa por salirse de su quicio. Además casi siempre era un hombre mezquino, egoísta y que sólo pensaba en sí mismo.

Con ese personaje, variado en diferentes matices y con unas historias y un contexto que variaban, Funes hizo historia en el cine francés y también en las sesiones dobles y los ciclos televisivos españoles.

Fantomas, el Rabbi Yaakov o el gendarme que recorre Francia viviendo aventuras, son personajes que popularizaron al actor y que consiguieron para él la fama y para los demás mucha diversión.

Pero como el éxito no siempre es bien visto, Funes y su cine han sido ninguneados en muchas ocasiones, tachado de humor fácil. Mientras él caía en es descrédito Jacques Tati con su humor silencioso y poco dado a la carcajada era elevado a la categoría de genio.

Ahora se cumplen 100 años del nacimiento de Funes y sus películas con comentadas, pero no se pueden ver en televisión y difícilmente en otros formatos. Pero siempre que se vea uno de sus trabajos podrá comprobarse que Funes siempre conseguía su propósito: hacer reír.


No hay comentarios: