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miércoles, agosto 27, 2014

EL CLUB DE LA LUCHA, UNA ÉPICA DESTRUCCIÓN DEL MUNDO


Han pasado quince años del estreno de la película y dieciocho desde que el libro fuera editado, y muchas cosas han quedado desactualizadas, pero hay algo en El club de la lucha que sigue vigente, y es esa rebelión contra lo establecido, contra la sociedad que está luchando ahora mismo por perdurar.

En un momento uno de los personajes dice que esta es una generación perdida porque no ha vivido una guerra o una gran depresión. Quince años después la mayor crisis económica conocida está actuando casi como una guerra sobre nosotros, pero las ambiciones de la población siguen siendo las mismas contra las que se rebelan los personajes de la película: las que se destilan de la sociedad de consumo.

Esa sociedad de consumo que está luchando por pervivir tras esta crisis económica que está afectando tanto, es aquello contra la que todo se rebelaba en los 90. El grunge había nacido como canto al tedio y a la falta de ambición de una generación que no tenía nada que hacer. Y contra ese tedio nace El club de la lucha, con su tensión, su ambición y su violencia. El club de la lucha es hacer algo importante en la vida, cambiarla y volverla mejor, y eso implica hacerla más primitiva.

Con un tono que va entre lo épico y lo cómico, la película transcurre hacia la destrucción de un mundo que se basa en el consumo, en las posesiones que cada uno tiene. Destruyendo eso, se creará lo que los miembros del club llaman la tierra cero. Y esa épica destrucción del mundo, al contrario que en cualquier otra ficción que lo que tratará será de salvar el mundo, es lo primordial de la historia.

Esta está además llena de violencia, tensión, locura, transgresión, terrorismo y un amor fuera de los clichés de la estética disney. Una historia tramposa y perturbadora que se ha convertido en fenómeno de culto en muchos ambientes, como si de una moderna Naranja Mecánica se tratara.

Y, lo más curioso, la película fue producida por la Fox, tal vez la cadena de televisión más conservadora de Estados Unidos, tal vez el país más conservador de Occidente. Algo impensable en la gran Europa, imposible en España. 



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