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viernes, julio 31, 2009

HETEROGAY III

Busco en la televisión porno de travestis. Me cuesta encontrarlo, pero ahora, pagando, hay cualquier cosa en cualquier sitio. Una mujer preciosa. Con unos senos prominentes. Un jovencito con cara, la verdad, un poco femenina. Y este jovencito también hace lo de los chicos de antes a la mujer preciosa que resulta tener algo mucho más grande de lo que nadie hubiera imaginado.
Luego utiliza eso contra el jovencito. No me gusta verlo. Es un poco duro, es un poco triste y da bastante grima. Lo quito un rato. Pongo un partido de fútbol. Siento reverdecer mi masculinidad. Hay un gol. Grito. Es como el grito de tarzán.
Vuelvo al porno travesti. Una nueva señorita. Con una evidente cara de travesti. Otro jovencito. Pero, un momento, esa señorita no tiene lo que hay que tener, es una señorita auténtica. Lo sé porque a su lado se ha puesto un travesti, mucho más guapa, más femenina, por la que yo apostaba como mujer, y resulta que la mujer es la otra. Qué sorpresas da la vida. Tampoco es bonito ver esto.
Creo que tampoco me gustan los travestis. Tienen cosas buenas. Pero una cosa muy malita. Ya estoy convencido soy heterosexual. Muy heterosexual. Super heterosexual. Me han crecido hasta pelos en el pecho cuando digo esto. ¡Agggggh!
Ahora espero que venga López y me cuente que sabe él de sí mismo, si sigue siendo gay o si es hetero. Yo no apostaría por nada, pero uno es lo que es y tiene que aceptarlo. A mí me ha costado aceptar ser hetero. Él debe aceptar sea lo que sea. Y si no, pues nada, que haga como los demás, cerrar los ojos, sacar la lengua y que sea lo que Dios quiera.


Transexual o no

jueves, julio 30, 2009

HETEROGAY II

Mientras López venía o no venía me he puesto la tele. La he puesto como un macho heterosexual que soy. Pero en un momento raro he tenido una duda así que me he puesto el canal porno. Pero no el porno de siempre. Me he puesto el canal porno gay. Esta era una prueba definitiva.
Bueno, pues unos muchachitos más bien guapitos estaban hablando y, en un momento dado, se han puesto a besarse. La verdad es que no me ha gustado mucho ver como lo hacían. Pero bueno. Era soportable. Después se han ido desnudando y he tenido la peor visión de mi vida.
Uno de estos muchachitos, en un acto de indescriptible…, en un acto indescriptible, fue bajando su boca hasta alcanzar con ella una parte, endurecida, del otro muchachito. No me gustó ver esto. Busqué el mando y cambié de canal. Respiré y volví a poner el canal. Ahora era el otro muchachito el que hacía lo de antes. Aguanté un rato.
Pero la cosa se puso complicada. Uno de ellos le dio la espalda al otro. Cambié de canal definitivamente. Puse porno normal. Me sentí reconfortado. Una mujer hacía eso mismo que habían hecho los muchachitos. Qué imagen más bonita.
Ya estaba seguro soy hetero. Pero otra duda se me metió en la cabeza. El hecho de que esa mujer tenga senos y el pelo largo y otros atributos femeninos hace que me guste, y si, y si, y si lo que me gusta son los travestis. Dios, siempre en la duda.


Muchachitos de esos

miércoles, julio 29, 2009

HETEROGAY

Mi nuevo amigo López y yo vamos juntos a todos lados. Pero como ambos tenemos un aspecto viril no parecemos una pareja de homosexuales. Es cierto que no somos una pareja de homosexuales, sino un homosexual que va con un amigo. Pero bueno, lo que importa es que no parecemos homosexuales.
La verdad es que lo que hacemos lo hago también con Felipe. Beber. Beber. Comer. Beber. Tumbarnos. Beber. Hablar de fútbol. Beber. Mirar ejemplares sexualmente apetecibles. Y tal.
Pero aún así hay veces que no me siento cómodo. Me estoy dando cuenta de que soy un poco homófobo. Y esta idea empieza a obsesionarme. Pienso y pienso en que no soy gay, no soy gay, no soy gay. Pero aún así no puedo evitar un pensamiento que a veces se me cruza de que ese tío, qué guapo es.
López, sin embargo, me dice siempre donde están las mujeres más hermosas, y cuál es la que estará realmente buena desnuda. No sé cómo lo hace el tío pero siempre acierta. Además es muy bueno ligando, y en el momento oportuno se retira y me deja a mí solito rematar la faena. Así se las ponían a Felipe II.
El otro día hablando me confesó que le gustaría probar el sexo heterosexual. Tal vez estemos confusos por los sentimientos de amistad que hay entre nosotros y por eso yo me vea gay y él hetero.
El caso es que fuimos a por unas chicas. Unas chicas femeninas. Nada de machotazas lesbianas. Y López, nervioso por una vez ante la perspectiva de pillar, falló. Pero sólo a la primera. La segunda cayó.
Espero que venga a mi habitación a contarme qué tal le ha ido. A mí me ha ido bien. He descubierto que soy hetero. Muy hetero. Suponiendo que se pueda ser más hetero que hetero. O muy hetero.

De entre todas López sabe cuál es la buena

martes, julio 28, 2009

SÓLO HAY UN PROBLEMA

Hay mucha gente interesante en la piscina de nuestro hotel. No sólo la mujer fatal que se pasa el día con Felipe. Ni el padre de familia que mete tripa durante horas para ver si consigue que se fijen en él las mujeres jóvenes que ni siquiera saben que existe. Ni los chavalitos que se han pasado el año en el gimnasio y que ahora esperan resultados y estos no llegan, porque se han pasado el año en el gimnasio y cuando las chicas les hablan ellos mueven los bíceps, pero no saben contestar.
También me he hecho un amigo. Cuando me ve de lejos me dice, Eh, Rodríguez, qué hacemos hoy. Y yo le digo, Eh, López, hoy toca tumbona y cerveza. Y así nos pasamos los días entre tumbona y cerveza, hablando de fútbol y de borracheras míticas y de comilonas.
Cuando pasa mucho tiempo, nos vamos a comer y comemos como auténticos bárbaros. Los digo porque sólo comemos carne y con cerveza. Si en vez de ya asada la tuviéramos que coger directamente del fuego, seríamos igualitos a los bárbaros.
López y yo vamos juntos a todas partes. Y siempre con la cerveza en la mano. El único defecto que yo le veo es que no me sigue mucho el juego con las mujeres. Yo les grito mis lemas habituales, Te comía hasta las uñas de los píes, y él nada de nada.
El otro día López se puso serio y me miró a los ojos, Rodríguez, estoy enamorado de ti, me gustaría salir contigo. Yo le respondí, encantado tío, de salir contigo, pero sólo hay un problema, yo no soy gay. Así que salimos juntos pero sin mariconadas.

Tumbonas

lunes, julio 27, 2009

MUJER FATAL

Ahora vamos a la piscina. Como la playa nos pilla a casi cinco minutos andando y Felipe, Germán, Amanda y compañía se cansan hemos decidido pasar el tiempo en la piscina que también tiene agua, gente y está mucho más cerca, a sólo tres minutos. Son dos minutos menos de caminata. Y eso se agradece.
La piscina se parece mucho a la playa. Tiene un montón de agua. Hay gente en bañador o menos. Tomando el sol. Con toallas. Y la gente se baña. Así que se parece tanto a la playa que no te creas que la echamos mucho de menos.
En un momento dado Germán da un codazo a Felipe que me da un codazo a mí, que le doy un codazo a una señora a mi lado. Le pido disculpas a la señora y les pregunto que pasa. Y lo pasa es una mujer. ¿Qué mujer? Pues una mujer fatal. O eso parecía.
Llevaba un minivestido playero que dejaba ver por algunas zonas la parte baja de su bikini. Iba perfectamente peinada, con su laca y sus otros productos químicos, lo que daba a su pelo y a su aspecto un general una nota de 10. Llevaba puesto el maquillaje habitual de una noche en el casino de Mónaco. Y un bolso. Y unas gafas de sol propias de Grace Kelly. Una mujer fatal.
Sólo que le faltaba una cosa de mujer fatal. Las mujeres fatales te llevan directamente al desastre por su belleza, su actitud, su donosura. Pero esta no era una mujer bella. Era fea como sólo una mujer fea puede ser fea. Pero tenía toda la chulería y el gesto de una mujer hermosísima. Y tenía todo el peso de una mujer hermosa. Más el de otra mujer hermosa.
Pero como lo que importa en la vida es lo que uno crea ser, ella era una mujer fatal. Felipe quedó prendado de ella y como era una mujer fatal acabó con su patrimonio y con la mitad de su vida. Pero no tuvo importancia porque ya se ha recuperado. Supongo que a estas alturas estará despellejando a otro. ¡Cómo son los humanos!


Si hombre, más quisieras, mona

domingo, julio 26, 2009

EL MOMENTO

Es el momento. Después de todo lo sucedido. Después de todo lo que ha venido cayendo sobre mí. Después de lo pasado. Y de lo no pasado. Después de haber aguantado tanto. Después de ser este superviviente que ahora ves. Es el momento.
No sé realmente cómo lo voy a hacer. No sé tampoco bien qué hacer. Sé que tengo que hacerlo. Pero no sé cómo. Espero realmente que tú me ayudes a hacerlo. Te miro y te miro a los ojos esperando la fuerza que me hace falta.
Es el momento. Y no puedo esperar más prórrogas, más dilaciones. Te oigo a los lejos hablar. No hablas conmigo. No hablas para mí. Me miras. Estoy aún demasiado lejos. Pero te siento de alguna manera. Siento que ya me estás teniendo. Que ya me estás levantando.
Pero no es el momento. Eres tú. Y tal vez por eso no es el momento. Y por eso tengo que callarme una vez más. Y esperar mucho más tiempo. Esperar. Esperar.
Y en la espera aguantarme todo otra vez. Y ser el que era. O el que soy. Y no el que seré cuando llegue. Allí donde tú me has estado siempre esperando.

Esperando el momento

sábado, julio 25, 2009

FEROZ

He sido más feroz que feliz, más cruento que tierno. Te he mirado a los ojos y lo he sentido todo y me lo he callado y me lo he tragado. Y te he mirado a los ojos y he dicho todo lo que no querías oír, lo que no esperabas oír. Te he mirado a los ojos y eso me hizo feliz.
He sido feroz y he mordido. Menos de lo que me hubiera gustado. No he mordido tu sonrisa. Pero he mordido todas las palabras que he dicho. Y la mayoría de las que tú has dicho. He mordido hombros y he mordido mi mano. He sido feroz.
He sido cruento, vil, infame. He pedido perdón y se me ha concedido. Aunque yo no me perdono. He sido despreciable y cruel. He estado a punto de matar. Pero lo único seguro que es que voy a morir.
He sido todo lo que he podido ser, porque no he podido ser lo que debería haber sido. He tenido que conformarme. Con otras. Contigo. Con todo. Por eso he sido más feroz que feliz. Por eso te he mirado a los ojos y me he callado lo que debería haber dicho.
He sido muchas cosas que nadie ha sido. Y he sido lo que todo el mundo quería. Y he sido nada. Y no he sido todo. Y me ha gustado ser nada. Y no importaba nada. Y todo pasaba y nada quedaba. Porque nada importaba.
He sido y estoy siendo. Y te miro aún a los ojos y haciéndolo aún soy feliz pero simulo ser feroz. Y tus ojos me ponen tierno pero prefiero ser cruento. He sido y estoy siendo y seré. Y tú eres y serás y estarás. Y yo sólo seguiré siendo lo que he sido.

Más feroz que feliz

viernes, julio 24, 2009

PEQUEÑAS DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Como estamos de vacaciones y vamos a la playa o a la piscina, nos encontramos con más cuerpos si no desnudos al menos con mucha menos ropa y esto ha despertado inquietudes en nuestra tropa. Amanda se está pregunta por qué hay dos clases de personas, las que se tapan una parte del pecho y las que no.
Le hemos explicado, mal que bien, que hay dos sexos, unos que son hombres y otros que son mujeres. Que los hombres tienen más pelo en el cuerpo y menos en la cabeza y que las mujeres tienen menos pelos en el cuerpo y más en la cabeza. Como norma general. Siempre hay excepciones.
Además los hombres llevan bañadores largos y las mujeres llevan bañadores más pequeñitos y de dos piezas a veces. Otra cosa es que las mujeres son las que tienen el culo gordo y los hombres los que tienen barriga.
Por último le hemos explicado que los hombres son los que están tumbados bebiendo cerveza y las mujeres son las que están tumbadas haciendo que leen y deseando beber cerveza. Y haciéndose a fuego lento bajo el sol. Los hombres, por último, son los que se dan codazos continuamente cuando pasa una mujer y los que intentan acercarse a las mujeres y las mujeres son las que se alegran cuando provocan codazos y las que se hacen las estrechas cuando llega un hombre.
La última explicación es la más compleja. Le hemos dicho que los hombres y las mujeres tienen partes diferentes del cuerpo. Las mujeres tienen senos, pechos, tetas y cualquier otro sinónimo y los hombres no. Y que las mujeres tienen vagina y los hombres pene.
Se ha sorprendido mucho con eso del pene y ha querido ver uno. Pero todos nos hemos negado. O hemos agarrado al que ha querido bajarse los pantalones. Pero como se ha quedado con ganas de ver uno se ha ido a un hombre y le ha preguntado:
¿Tienes pene? ¿Me dejas verlo?
A lo que él ha respondido:
¿Tienes pene tú? ¿No? Pues chúpamela.
Y no sé cómo habrá acabado la cosa.


¿Encuentras las siete diferencias?

jueves, julio 23, 2009

TREMOLO GUINNES PUB

Un nuevo amigo se une a Creatura. Como sabéis Creatura se autofinancia. Más o menos. Quiero decir que podemos publicar nuestro fabuloso fanzine gracias a la ayuda económica de nuestros patrocinadores, que son los que aparecen mes a mes en nuestras páginas centrales y de los que hacemos una pequeña reseña en la página 0.
Esta colaboración con Creatura es la que nos hace posibles, la que hace que el fanzine funcione y salga. Su aporte aparte de económico es el de distribuir nuestras ideas, que no deja de ser eso el fanzine, nuestras ideas sin más.
Pues un nuevo amigo se suma a nosotros. Ha visto Creatura y ha dicho, esto es lo mío, así que se ha puesto en contacto con nosotros y hemos llegado, fácilmente, a un acuerdo. Es el Tremolo Guinnes Pub, en la vecina y amiga localidad de Ugena.
Casi todos los fines de semana, ahora en horario de verano, viernes, sábado y domingo a partir de las 20:00, tenéis allí conciertos, fiestas y cachondeo en general. Preparan para el próximo 8 de Agosto una fiesta tributo a los Ramones donde estarán los mejores grupos de La Sagra.
Copas, ambiente, buena música mucha en directo, y diversión, mucha diversión. Un nuevo amigo para Creatura. Esperamos que sea por muchos años. Y si tú también quieres participar en Creatura, quieres ser nuestro colaborador, nuestro patrocinador, ponte en contacto con nosotros, te lo agradeceremos siempre.


miércoles, julio 22, 2009

VERANO EN LA CAMA

Felipe está en cama. No es nada grave. Una de esas cosas que pasan en verano. Mucho sol, mucha playa, mucho bar y pasa lo que pasa, que el cuerpo, que es más listo que nosotros, se resiente enviándonos las enfermedades de verano.
Felipe bebió agua del grifo de nuestro apartamento en la playa. Y sea porque esta no es apta para el consumo humano, tiene un color tirando a marrón que la desaconseja hasta para lavarse, sea porque su aparato digestivo está acostumbrado a la cerveza, el caso es que le ha sentado mal.
Además se atrevió a comerse la ensaladilla rusa de un chiringuito de playa. Con sus pimientos morrones y su mayonesa de dudosa procedencia. Creo que ahora habitan en su interior bichos que habían sido catalogados como extinguidos. Tiene hasta un lince microscópico.
También ha cambiado de cerveza. Creo que esto es lo más grave. Él está acostumbrado a nuestra cerveza local, a nuestra temperatura más bien fría. Aquí la cerveza es más espesa y amarga, parece en realidad otra cosa que no cerveza, carece de espuma y aunque pone bien claro que ha de servirse fría, la sirven calentorra.
Por último el muy imbécil acarició a una medusa creyendo que era un calamar (pretendía hacer anillos de calamar y hacerlos a la romana) y se quedó dormido al sol.
Total que le tenemos en la cama por culpa del verano y sus circunstancias. Con dolores en el estómago, la cabeza, las manos y un poco en la garganta del cruel aire acondicionado de un par de tiendas que ha visitado. Creo que saldrá de esta, pero me temo que no aprenderá nada, sus diversas enfermedades le están atacando la memoria.

Apetitoso manjar

martes, julio 21, 2009

DÍA DE PLAYA

Ya que estamos de vacaciones hemos decidido ir a la playa un rato. La playa es un lugar extraño. Lo primero que ves al llegar es mucha arena. En ningún sitio donde haya mucha arena verás mucha gente. Porque se te mete por todas partes. Y es molesta. Además esta está caliente. Tanto que Felipe se me ha quemado un píe.
Germán, Felipe y Zoilo cargaban con un montón de cosas para la playa. Toallas. Varios productos químicos para protegerse o atraer el sol, depende. Agua. Cerveza. Cartas. Palas. Pelotas. Libros. Dinero. Total que la otra cosa que llama la atención de la playa es que está llena de cosas tan variadas que parece un vertedero. Además como están tiradas en el suelo el parecido con un vertedero es muy grande.
Pero la playa también tiene otras cosas. Mujeres. Mujeres en bikini. Mujeres sin partes del bikini. Tal vez sea eso lo mejor de la playa. Claro que como pasa en el resto del mundo estas mujeres tampoco me hacen caso. Sin embargo Germán está que lo tira porque se ha pasado el último mes en el gimnasio y se ha puesto fuertote y las mujeres se lo rifan. Lo ha ganado una que es más bien feílla, pero él no se queja.
La otra cosa que está en la playa es el mar. El mar es una cosa que si impresiona por algo es porque es grande. Nunca he visto tanta agua que no se pueda beber. Zoilo le echó un trago, pero no le gustó. Dice que le falta algo. El mar es verdad que es grande y azul, pero por lo demás no vale nada. La lanzadera del parque de atracciones hace más cosas que el mar. Y está mucho más limpia.
Lo mejor del mar es que vale para bañarse. Te refresca y eso. Pero para eso vale cualquier extensión de agua. Así que lo del mar tampoco es para tanto. Yo me di un buen bañito. Y luego una buena ducha. No me fio de esa agua.
Total que nos hemos pasado el día en la playa pero que no sé si volveremos.


Típica playa

lunes, julio 20, 2009

PUNTO DE APOYO

Seguimos de vacaciones. Todo es más o menos igual que cuando no estamos de vacaciones, sólo que tenemos más tiempo libre. Y como tenemos más tiempo libre gastamos más tiempo en gilipolleces. O lo que es lo mismo, vivimos en un fin de semana continuo sin saber en qué día vivimos, ni qué hora, ni por qué no estamos ya en la cama.
En los lugares de veraneo los bares abren todos los días hasta horas que no sé, porque como a la vuelta a casa ya no reconozco bien las horas, ni puedo mirar bien la esfera del reloj. Los bares de verano son como los de invierno, sólo que la gente no es la misma de siempre, o no parece la misma de siempre.
En realidad siempre están los mismos: el borrachín, el borracho, el muy borracho, el dormido de lo borracho que va, la borracha, la borracha fea, la fea no borracha, la guapa con cara de asco que hago yo aquí por Dios, la guapa de lejos que al acercarte es fea como la fea, las camareras simpáticas, las camareras feas, las camareras bordes, y bueno, ya sabéis, nosotros.
Y también se hace lo mismo, salir, beber, el rollo de siempre, meterse… y hablar con la gente. En realidad no es hablar con la gente, sino intentar ligar, meter mano y lo que se pueda. La gente lo intenta y los de siempre lo consiguen. El resto volvemos a casa borrachos y solos. O sólo solos. O sólo borrachos.
Pero lo mejor de los bares es sin duda la barra. La barra, ese lugar donde pedir, donde sentarse, donde quedarse a esperar, donde darle la coña al camarero, ese lugar maravilloso sin que el bar fuera un bar.
La barra, ese lugar donde al fin conseguí establecer la gran máxima de mi vida, Dadme un punto de apoyo y me apoyaré.


Arquímedes, dadme un punto de apoyo y moveré el mundo

domingo, julio 19, 2009

MIRÁNDOLA

Y, de pronto, todo era bueno y bonito y necesario y estupendo y vivible. Todo era bueno. Todo se había convertido a sus ojos en lo que debía ser, no en lo que era, o lo que antes había visto, no, en lo que debía ser, en lo que necesitaba la gente que fuera.
Todo empezó con ella. Mirándola, de repente, se dio cuenta de que le parecía más hermosa, más bella. Una sensación de bondad y de placer le invadían mirándola. Necesitaba esa sensación. Y la buscaba. Y la encontraba en ella. Mirándola.
Luego necesitó más. La miraba más de cerca. Y la tocaba. Era maravilloso el mundo. La hermosura crecía por doquier. Su corazón latía más rápido. Y sobre todo mejor. Latía como con otro ritmo. Su estómago también cambió de ritmo.
Su mismo rostro se embelleció. Su sonrisa era mucho más luminosa. Y con ella delante no se la podía borrar. A veces parecía una sonrisa de loco. Sin motivo ni razón. Una sonrisa al borde de la baba. La felicidad había entrado en su vida.
Besarla era mejor que ninguna otra cosa en el mundo. Siempre. Era su palabra. Viviremos siempre. Seremos inmortales el uno en el otro. Siempre en ti. Siempre tú. Juntos. Los dos. Como si no necesitásemos nada más. Pero viéndolo todo como lo vemos ahora. Todo bueno. Todo bello.
Su vida era luminosa. Ella iluminaba su vida como un faro. Le indicaba el camino. Dónde debía ir. Qué necesitaba. Qué no necesitaba. El tiempo no cambiaría nada. Eso deseaba. Por eso, realmente, rezaba cada noche. No porque ella se mantuviera a su lado, no sólo por eso, porque nada cambiara, porque la vida siguiera siendo como la veía.
Eso era lo maravilloso. No ella. No sólo ella. Sino lo que ella le hacía. Lo que ella le hacía ver, sentir. Aquello en lo que ella le había convertido. Eso era lo maravilloso de ella. ¿Quién podría ofrecerle lo mismo?
Tal vez no podamos vivir para siempre, pero lo intentaremos, pero trataremos de ser inmortales cada día, hasta que se acaben todo, hasta que nos den igual los días, porque todos los días sean el mismo día y así no haya distinciones y ese día infinito nos cubra. Y seamos al fin aquello para lo que estamos destinados, seamos inmortales. Tú en mí. Yo en ti.
Era el amor.

Mirándola, así fue

sábado, julio 18, 2009

EL HOMBRE QUE PARECÍA NO QUERER NADA

El hombre que parecía no querer nada tenía a veces la mirada vacía como un animal o un hombre loco. Tenía una mirada vacía, estúpida, de hombre que nada tiene dentro, de hombre sin inteligencia ni palabra ni discernimiento. Sólo lo justo para poder mantenerse en píe o apoyado sobre algo. La mirada vacía como si estuviera muerto.
Otras veces tenía el aspecto de ser un hombre que estaba al margen de las cosas, no por encima o por debajo de ellas, sino fuera de ellas. Como si las cosas, el mundo, fuera realmente lo menos importante para él. Una pose como de Bogart, que todo ignora, al que nada le importa, pero sin siquiera necesitar un cigarrillo como hubiera seguramente necesitado Bogart.
Toda su vida parecía estar entonces dentro de él, todo lo que sucedía, lo que pasaba estaba en él y lo demás no sucedía o parecía no suceder o al menos no importar. Esa parecía ser su vida cierta y única y verdadera y querida, la que sucedía, sin que nadie la viese ni él la contase o evitase, dentro de él.
Nadie sabía de esa vida, sólo, alguna vez, alguien le dijo, tienes mucha vida interior, y le parecía un poco ridículo porque le sonaba como si fuera una de esas plantas para colocar dentro de las cosas, una planta de interior.
Pero realmente era así. Toda su vida estaba dentro de él. La cierta, que aprehendía por sus sentidos y la guardaba para luego colocarla, estudiarla, aprenderla y archivarla. Y la otra, la que sucedía en su interior, la no sé si inventada o que simplemente transcurría ante su mente como una vida paralela o complementaria a la exterior que todos podía palpar y comprobar.
El hombre que parecía no querer nada realmente no quería nada en muchos casos. Solamente estar. Tranquilo. Quieto. A salvo para su vida propia e interior. O cuando su mirada estaba vacía y seguramente él también estaba vacío. Entonces tampoco quería nada. Todo le sobraba, había llegado a no ser, a no desear, ni pensar, ni casi sentir.
Pero el hombre que parecía no querer nada a veces sí quería cosas. Y parecía lo que era realmente, simplemente un hombre, un hombre más, un hombre que necesita respirar fuerte y beber agua y sudar algunas veces porque el mundo si no podría hacerse frágil y rompérsele en las manos.
A veces quería cosas. Pero su pose, estudiada o no, pretendida o no, no lo traslucía. Y así siempre era el hombre que parecía no querer nada. Lo quisiera o no.

Bogart, a un lado del mundo, sin el mundo

viernes, julio 17, 2009

CONTRA EL IMPERIO GAFAPASTA

El caso es que pese a la radio de una sola canción al final llegamos a nuestro destino. O bueno, a un destino, porque no sé dónde ni cómo pero debí de equivocarme en algún lugar y estamos en Segroño, bonita ciudad, pero sin asomo de playa por ningún lado.
A cambio nos pasamos el día en una piscina estupenda que hay en nuestro hotel, tragando birras y buscando cosas que hacer. Por la noche vamos por ahí dando vueltas buscando el barrio bueno donde tomarnos algo.
No sé qué pasa en esta ciudad que todos son un poco… gafapastas. Ya sabéis, tienen esa pinta de intelectuales, con gafas de pasta negras, pelo un poco largo, converse, vaqueros y camiseta. A muchos de nosotros les van cayendo bien estos tipos, más que nada porque ellos parecen también un poco gafapastas.
Hablan continuamente de música, de chistes de muchachada nui, de películas independientes y cosas por el estilo. Nadie habla de fútbol, de toros y de tetas que es realmente de lo que nos gusta hablar a los otros.
Les estoy cogiendo un poco de manía a estos gafapastas. Siempre con las mismas canciones que se saben como un himno. Siempre con su pelito y sus gafitas con un aire casual que me desquicia. Después de tres días aquí me estoy planteando destruir la ciudad de los gafapastas.
Sé que no los hay aquí sólo, pero es evidente que aquí hay muchos. Y son muy pesados. Y muy pedantes. Y encima sus chicas no son demasiado atractivas. Con esas gafas de pasta tan grandes y tan negras y sus vestidos anchos que nunca sabes qué habrá debajo, que es como abrir un kínder sorpresa que te puede tocar el helicóptero o el mono tonto, y casi siempre va y toca mono tonto y te aburres enseguida.
Buscando el plan para acabar con ellos di con la óptica que les vende esas gafas tan horribles. Y vi cual sería el plan definitivo para acabar con ellos. Hemos robado, Felipe, Germán, Zoilo y yo, todas las gafas de estos tipos y las hemos sustituido por otras de color amarillo y de metal.
Como sus gafas no están graduadas ha sido muy fácil. El otro día se las pusieron y dejaron de hablar de sus cosas y hablaron del Diario de Patricia. Fue como volver a casa. Ahora sí que podremos pasar unas grandes vacaciones.


Gafapasta

jueves, julio 16, 2009

RADIO

Aburridos de tragar birras en la zona centro del país decidimos ir a la costa a pasar unos días y probar la birra de la costa, que no sabemos cómo sería, pero que podría ser una novedad al menos en nuestra dieta.
Además allí estaba la playa y sus mujeres en bikini y sus tumbonas y sus mujeres en bikini y sus niños pesados y sus mujeres en bikini. Y todas esas otras cosas que le gustan a todo el mundo, como las mujeres en bikini.
Íbamos en un coche Felipe, Germán, Lila y yo. La conversación, poner verde a otro de los que no iban en el coche que es lo que se hace siempre en estos casos, se agotó y decidimos poner la radio.
La canción que sonó nos puso eufóricos, un pelotazo. Cantamos, movimos la cabeza, gritamos y al final exhaustos, casi suspiramos. Pero la canción, una vez terminada volvió a empezar. Volvimos otra vez con lo pasado, los gritos, movimientos de cabeza, gritos.
Y la canción volvió otra vez a la emisora. Y otra vez. Ya casi no gritábamos. O no lo hacíamos todas la veces. Era una montaña rusa. Unas veces nos cansaba, las otras nos hacía felices.
Por fin alguien preguntó ¿qué emisora es esta? El indicativo decía entre canción y canción un nombre. Y por fin Felipe nos dijo: es como Kiss Fm y M 80, sólo que en vez de quince o veinte canciones han evolucionado y sólo ponen una, siempre la misma. Tampoco se da cuenta nadie. Como pasa con Kiss Fm y M 80, que repiten la misma canción varias veces al día.
Es útil porque no hace falta locutor o cuando lo tienen habla de lo que le da la gana. Ponen su publicidad y no tiene sorpresas. Siempre lo mismo. Siempre lo mismo.
Volvió la canción y nos volvió a gustar. Y nos encantó. Y la volvimos a cantar. Y luego ya no. Alguien decidió poner un disco de Bisbal. Se hizo todo mucho más monótono.


He aquí la radio de nuestro vehículo

miércoles, julio 15, 2009

GRATIS

Como trogloditas que golpeasen con su porra las paredes de la cueva en la que acaban de despedazar un mamut, estábamos reunidos un grupo de hombres. Mucho más modernos. De hecho vestidos muy poco como hombres, más como petimetres que otra cosa. Tragando birras y diciendo esas cosas que sólo cuando están juntos dicen los hombres.
Tamaños, técnicas, estrategias, experiencias y muchas más cosas se mezclaban hasta que alguien dijo, cómo no nos va a gustar el sexo, si es gratis. Fue Germán. Y yo pensé, ¿el sexo es gratis? No siempre, evidentemente.
Hay un caso en el que siempre hay que pagar. Se lo quiera llamar con cualquiera de los cien nombres que tiene. Pero además hay otras muchas formas de que el sexo no sea gratis.
Siempre uso condón. Me cuesta 6 euros el paquete de 12 y un ataque de nervios pedírselo a la guapa farmacéutica. Y el bochorno de ser tartamudo es muy caro. Hace falta un condón. Te sale a 0.50 euros el polvo. No es caro. Es gratis prácticamente. Lo mismo sucede con la píldora.
Para el sexo hace falta un lugar. La última casa que compré lo hice porque tenía unas vistas estupendas, pero no por el sexo. El coche tampoco. Pero me conviene que sus asientos sean abatibles. Eso sí, si alquilas una habitación para hacerlo se vuelve un placer muy caro. Felipe me lo dijo el otro día. 60 eurazos. Total para que no se la chuparan.
Zoilo suele invitar a la mujer a cenar. Eso no es gratis. Yo las suelo llevar al cine a ver si con la oscuridad dejan de verme y se olvidan de lo feo que soy. Eso tampoco es gratis. Y si la invitas a copas hasta que esté borracha como un lémur (estrategia del capitán Marco) tampoco. El Profe, un anticuado, suele hacer regalitos, y si tienes que comprarla rosas, bombones, perfumes, un mp4 o cualquier otra cosa te sale por un pulmoncito.
Es decir, que el sexo es gratis normalmente cuando depende de la imaginación y de la mano (si no interviene el bienamado porno). El resto del tiempo y teniendo que intervenir otra persona y teniendo por tanto que convencer a la otra persona (¿si el sexo mola tanto porque hay que convencer a la mujer para que lo haga, incluso cuando ya es nuestra pareja? Esto no tiene sentido) el sexo no es gratis.
Casi es mejor ir a un lupanar. Allí el precio está establecido. Para el resto nunca sabes cuánto tendrás que pagar.

Gratuidad ya

martes, julio 14, 2009

JAPONÉS

Las profundidades de la mente humana son insondables y curiosas. En ella encontramos gloriosas ideas como esa que dice E=mc2 o esa otra que dice “como me gusta la gasolina dame más gasolina”. Y en ella encontramos filias y bofias. El amor a los zapatos o el odio a los espárragos de navarra.
Amanda tiene una extraña fobia, le dan miedo los japoneses. Pero el problema es aún mayor, como no sabe reconocer a los japoneses del resto de los orientales, le dan miedo todos los orientales.
Es que tienen los ojos super rasgados, y comen pescado crudo y si agachas la cabeza te dan un cabezazo y y y y… inventaron humor amarillo.
Estas son las razones que da para odiar a los japoneses. Pero tampoco le entusiasma el consumo masivo de arroz, el tener que dormir en el suelo ni Shin Chan.
Su problema sería estúpido si viviera en occidente, porque lo más que le pasaría es que no podría ir a las tiendas de chinos, pero como sabe que no son japoneses puede ir sin problema. Pero es que Amanda tiene un cuñado japonés y no puede soportar las comidas familiares.
Cuando llega pregunta si está su cuñado y si está pide que le aten que no se vaya a mover. Está todo el rato alerta y cuando ve que se mueve el pobre hombre da un respingo y dice, quieto, japonés, quieto, sujetad al japonés no vaya a escaparse.
Cuando va a salir y el japonés está fuera pregunta dónde está y si no se va a mover, que no quiere cruzárselo por el camino. Pide que coma aparte. Que duerma lejos y que le pongan un cascabel, para saber cuándo viene y por dónde.
El tío tiene una paciencia magistral y le va cogiendo la gracia a lo del cascabel. Por las noches lo hace sonar con un ritmo estupendo. Amanda pasa las noches en blanco o entre pesadillas. Su fobia japonesa no le deja vivir.

Japonés armándose de paciencia

lunes, julio 13, 2009

FRACASOS RESUMIDOS RÁPIDAMENTE

Ya no soy tan joven. Se me van oxidando las articulaciones. Voy teniendo achaques, dolores raros, suspiros cuando me siento o me levanto. Tengo las manos cada más viejas. Y los codos. Cuando queráis saber la edad real de alguien miradle las manos y los codos. Esos sitios no mienten.
Pero tampoco soy un anciano. A pesar de todo las frustraciones y el cansancio me van dejando una cara de viejo que no hay manera de sacar por ahí fuera. La gente que me ve dice que estoy muy estropeado y la mayoría no me reconoce o hace que no me reconoce. Creo que es más motivo de las frustraciones y los fracasos que de otra cosa.
Cada fracaso se me ha ido marcando en la cara. Como cuando aquella chica y yo, ahora la veo mucho y me doy cabezazos contra el suelo al ver que está aún más guapa, teníamos decido dónde ir y más o menos qué hacer. Pero llego su amiga y dijo no, con estos tíos no me dejas sola. Una arruga.
O la otra vez que en el coche ella y yo (esto me dio un poco igual, pero luego me tiraba del pelo como una heroína griega) me dijo ¿y ahora qué hacemos? Y yo le dije ¿Te llevo a casa no? Y la lleve a casa. Y ella no me ha vuelto a preguntar qué hacemos pese a que yo lo he intentado.
O esa otra vez que estaba ella detrás de mí, esperando que me decidiera y decidí que no, que mejor me quedaba quietecito, no fuera a ser que lo hiciera mal y la cagara.
O esa otra que me decía que me pagaría en carne mi ayuda y solos los dos me decía que tenía interés en probar el sexo, que no lo había probado aún y tú qué, lo has probado, qué tal es, qué tal es, vivo sola. Y yo pensaba en su amiga porque soy medio lelo. Y ella se ha casado y yo tengo más arrugas, más canas.
O la que me dijo que se había enamorado de un tipo igual igual a mí y yo le decía, joder nadie hay tan igual a mí que yo. Pero se casó con él y la hizo una hija.
Y más y más fracasos que no tengo humor para contar, porque me estoy contando las canas y me he perdido. Si cada cana es un fracaso, si cada arruga es un fracaso, es normal que parezca tan viejo.


¿Tan viejo parezco a mis treinta años?

domingo, julio 12, 2009

MENTIRA

Todo el mundo miente. Era una frase que repetía y repetía. Porque era una verdad innegable. Pese a ser una paradoja absoluta. Pero era así. Todo el mundo miente. Él mismo mentía. Y mucho. Y a veces, incluso mentía bien. Y se ocultaba. No era la verdad. Si no la mentira lo que hacía libre.
Evidentemente la verdad hace libre de servidumbres, de prejuicios. Lleva a una libertad individual y absoluta libre de posibles dudas o prejuicios o Dios quiera qué cosas. Pero la mentira tenía una cualidad fabulosa: dejaba que te escondieras tras ella. Y como todo el mundo miente todo el mundo vivía escondido.
Así vivían todos. Unos más que otros. Los que mejor lo hacían nunca eran sorprendidos y parecía que su mentira era su vida real, su verdad, siendo, como la de todos, una mentira más gorda que la campana de un catedral.
Pero allí había otra mentira más grande. La mentira propia. Vivían mintiéndose a ellos mismos. Esa era la peor mentira. Porque no dejaba ver nada. Sólo lo que querían ver. Y vivían siendo cosas que no eran, pretendiendo cosas que no pretendían, fingiendo ser o vivir o estar.
Ella se mentía a sí misma. Decía ser feliz con su marido. Cuando la dejo descubrió la mentira que se había contado a sí misma. Y empezó, de alguna forma a ser más feliz. Pero volvió a mentirse, a construirse una falsa vida mejor que la que tenía. Ocultaba su dolor. Ofrecía su sonrisa falsa. Y esa otra mentira a sí misma acabó con ella.
La empujó por los caminos más dolorosos que nunca había visitado. Visitó la humillación. Y el dolor. Y el rencor. Y el ridículo. Todo duro y crudo. Porque no había mentira nueva que tapase lo sucedido. Porque la misma mentira, la misma vida dos veces, no cuela.
Todo el mundo miente. Esa frase es mentira. Pero no falla nunca.

Las mentiras crecen, se alimentan de sí mismas

sábado, julio 11, 2009

SALVADOR

Siempre había tenido una vocación rara de salvador, como una sensación de que tenía que hacer cosas por los demás, que tenía que cuidarlos y alegrarlos y ocuparme de ellos, que tenía que salvarlos, de todo, de sí mismos, de los demás, de la realidad.
Era un poco un complejo de misionero que va a salvar el mundo, que va al África tropical a luchar contra la incomprensión y las guerrillas y el clima y el hambre y la historia y el tiempo y todo. Y lo hace sabiendo que hace algo importante, que tiene que hacerlo.
Yo también tenía esa sensación de tener que hacerlo, de tener que salvar a la gente, de tener que cuidarla, ocuparme de ella. Una especie de héroe, o de abnegado santo que está aquí para ayudar y nada más.
Entonces te conocí. Y debía también salvarte. Como a todos. Como a todas. Estabas rota. Poco a poco te fui recomponiendo. Recuerdo el día que empezaste a sonreír. Y el primer chiste mío del que te reíste. El corazón se me hizo grande. Estaba seguro de que llegarías a ser feliz.
Y fuiste feliz. Más feliz que ninguna. Más feliz que nunca. Y era yo el que lo hacía. No sé cómo fue que nos enamoramos. Con otras antes no me había pasado. Y habían sido muchas. De las que me enamoraba no necesitaban nada. Sobre todo no me necesitaban a mí.
Lo que yo no apreciaba eran los cambios que se producían en mí. El desinterés por cosas que antes me preocupaban. Y al revés. El enorme interés que me producían cosas absurdas y extrañas. No por cosas que tú quisieras o me indicaras. Si no cosas que yo había descubierto solo.
Empecé a dudar sobre mí y mi vida. Tal vez no fuera todo como debía ser, como yo creía que era. Tal vez eras tú la que había llegado para salvarme a mí. Tal vez. Tal vez. Empecé a sentirme inseguro, incierto. Como si no fuera el que era.
Pero no estaba triste por no ser. Era feliz y alegre. Estabas a mi lado. Te podía buscar. Y aunque no estuvieras me sentía reconfortado por ti. La verdad era evidente. Yo no había sido tu salvador. Era yo el que necesitaba ser salvado. Eras tú la que me había salvado.


Caballero andante

viernes, julio 10, 2009

FRACASOS

Felipe se levantó con mal píe el otro día. Está un poco deprimido. Una chica con la que salía le ha dejado. Como el resto de mujeres con las que ha salido. Total que está otra vez solo como siempre. Y como además es un tragabirras me ha llamado desde el bar y se ha puesto a contarme un montón de cosas sobre su vida amorosa. Yo no es que le haya prestado mucha atención, porque me estaba timando con la rubia de al lado, pero como al final se ha ido no me ha quedado más remedio que escucharle.
Su primera novia, siendo casi un niño, le dejó porque le estropeó su muñeca favorita. A Felipe se le cayó en un charco y la muñeca ya no podía decir: “mamá mocos” y otras cosas asquerosas. La segunda novia le dejó porque le dijo un día: “Joder, tú madre está muy buena” Ella se lo tomó mal y bueno él se quedó sin novia y sin suegra buenorra.
Luego otra le dejó con un sms. Bt kn tu madr. Otra le dejó el día de su cumpleaños: Como regalo te devuelvo todos los regalos que tú me has hecho en este tiempo: ninguno. Quiso conquistar a una mujer espectacular, pero ella se hizo lesbiana. Quiso conquistar a su hermana. Y se metió monja.
Felipe lloraba mientras me contaba que todas le decían que era un amante pésimo, que olía mal, que su ropa estaba sucia, que siempre llegaba tarde, que se emborrachaba mucho. Me dijo que me quería. Y luego reflexionó ¿no seré gay? En ese momento le di dos hostias.
Creo que reaccionó, pero desde entonces me mantengo un poco a distancia. Me parece que me está echando ficha.

Hombre solo, ¿mejor que acompañado?

jueves, julio 09, 2009

AMOR Y COMIDAS

Oh, l’amour toujours l’amour. Y no, no me refiero al local, sino al amor, el eterno sentimiento. Zoilo se ha enamorado. Está como el tío por una señorita que no le hace mucho caso. Pero eso a él le gusta y se emociona diciendo: ¡Ay, ayer me pasé una hora mirándola y ella me ignoró! ¡Le he escrito dos libros de poemas y ella los ha usado para hacer aviones de papel!
Total que Zoilo está la mar de contento pensando en qué cosas guay puede hacer por amor a esa muchacha de sus entretelas que pasa de él. Y como Zoilo otros tantos hombres y machos del universo andan haciendo el tonto por mujeres, e incluso mujeres y hembras haciendo el tonto por hombres.
¿Qué tonterías se hacen por amor? La primera de todas no dormir. ¡Llevo tres días sin dormir, estoy enamorado! Oye deberías dormir porque mañana me operas. Pero es una operación fácil. Sí, es fácil, pero es mi fimosis.
También se deja de comer. ¡No tengo hambre, llevo ya cuarenta días sin dormir! ¡Réprobo! ¡Ateo! ¡Hereje! ¡Cómo te atreves a compararte con Nuestro Señor!
Pero quizá la peor de las cosas que se hacen por amor no es dejar de comer, sino comer. ¡La de cosas que se comen por amor! Se comen visitas a los padres, tardes de compra, noches en el sofá con los amigos pidiéndote en el móvil que vengas a ver el partido y sobre todo se comen pollas. Un sentimiento que para expresarse requiere eso, la verdad, no acaba por compensar. Por suerte los sexos que a mí me gustan no son esos. Si fuera una hembra y por no hacerlo me haría lesbiana.


Bonita estampa amorosa

miércoles, julio 08, 2009

INVISIBLES

El Profe es un tío raro. Sabe muchas cosas inútiles, cosas que no valen para nada, ni siquiera para impresionar a una mujer. Ni siquiera a una mujer pedante. Tiene muchos cachivaches por todos lados, la mayoría inventados por él.
En realidad lo que sucede es que él inventa algo que al final acaba valiendo para otra cosa. Es decir, él se pone a inventar una máquina que cuente las púas de un cactus y encuentra una que sirve para transportarse a la playa de la Malvarrosa desde cualquier lugar del mundo en sólo dos segundos.
Otra vez inventó una muñequera que se supone iba a servir para que el que usase lanzase triples desde cualquier lado y todos entraran, pero en realidad se convirtió en una máquina que daba placer sexual al que la portaba.
El otro día estaba inventándose una nevera, porque la nuestra se ha roto y necesitamos una donde mantener las cervezas frías, cuando inventó una máquina que hace invisible los objetos. Esto no es nada útil. Porque nos pasamos el día chocándonos con mesas invisibles, sillas invisibles, alfombras invisibles…
La gran aplicación de la máquina es escondernos las cosas los unos a los otros. Yo le escondo la cama a Felipe. Él me esconde la cartilla del médico y así todo el rato, uno sin dormir y el otro sin poder ir al médico con cuarenta de fiebre.
Piensa vendérsela a un joyero que quiere mantener seguras sus joyas. O eso dice. Se rumorea que quiere esconder a su amante.


Invisbles

martes, julio 07, 2009

REUNIÓN JULIO '09

Nueva reunión de Creatura, esta vez con cambio de emplazamiento en espera de nuestro nuevo miembro. La pequeña Isis asistió, si bien un poco distraída, a su primera reunión de Creatura. O a la primera desde que está fuera de su mamá.
Reunión veraniega en una terraza y con un fresquito que se agradecía. Comentarios sobre el pasado bizarro y sobre sus repercusiones, además de los típicos problemas, comentarios e ideas futuras que esperemos triunfen.
Como resoluciones, enviar los artículos a Rubén y no sólo a Julio. Hay problemas de organización y lo mejor es enviarlos al correo de Rubén. También es importante que el que tenga una colaboración la envíe también a Rubén para anotar su fecha y el fanzine en el que saldrá publicada y no tener los problemas que vamos teniendo hasta ahora. Para los amigos de Creatura, también pueden enviarse a nuestra dirección de correo.
Para aquellos que no reciban los correos de Rubén avisad al correo de Creatura o buscad el de Rubén que aparece en su sección del fanzine, habrá que comprobar que pasa con eso.
Para el próximo número:
Portada: Ana
Editorial: Noemí.
Establecimiento: Pinky
Contra: Idea ocurrente de Pinky.
Próxima reunión: 10 de Agosto en el mismo lugar de ayer. Tope: día 9.
Las colaboraciones serán las que aporten Ramón y Boli (Pinky)
Recordamos a todos aquellos que llevan establecimientos o establecimientos mismos que es conveniente pagarnos de vez en cuando.
También aprovechamos para dos felicitaciones: a Noemí por su actuación en el fin de semana joven y a la Rana Roja por el estreno de la Cúpula (chicos tenemos fanzines para vosotros si queréis dejar alguno en la Cúpula).
Y con una tierna sonrisa por el despertar de Isis se diluyó la reunión.


Isis

lunes, julio 06, 2009

ASCENSIÓN

Era la primera vez que íbamos a asistir a una subida a los cielos. Así que fuimos todos en comandita: Lila, Amanda, Zoilo, Felipe, Germán, el Profe, todos, para ver qué era eso del cielo y cómo iba a ascender a él aquel hombrecito.
Él recinto estaba lleno desde la primera hora del día. No importaba el calor. Todos vestidos como merecía la ocasión y con las ropas típicas del culto: ropa blanca, pañuelos alrededor del cuello. En determinados momentos hacían ondear esos pañuelos.
El nombre del hombrecito que iba a subir a los cielos estaba por todas partes. El nombre era gritado por todos como en un cántico ritual. Felipe y yo nos mirábamos buscando al vendedor de cerveza. Pero no vendían alcohol. Por eso no me gustan las religiones. Todo son prohibiciones.
Lo bueno era que las gradas de aquel templo estaban llenas de mujeres que gritaban el nombre del hombrecito aquel. Estaban locas de excitación. De aquello podría salir algo bueno. Germán ya había echado ficha y le habían dado un ticket para montar. Hasta Zoilo estaba triunfando. Eso es lo bueno de las aglomeraciones de mujeres salidas.
En el centro del templo hizo su presencia el dios y su discípulo. Empezaron los discursos. Muy engolados. Todas las religiones son iguales. Dicen lo mismo. Este dios decía lo mismo. Y exaltaba las virtudes del ascendido.
Lo curioso es que el resto de la gente también cantaba las virtudes de este hombrecito. Y sobre todo la prensa lo hacía. Debía haberse ganado muy claramente el cielo para que esto fuera así. Felipe volvió de la calle con un par de litronas. Ahora sí que nos íbamos a divertir.
De repente el hombrecito subió a los cielos sin que nos diéramos cuenta. ¿Cómo pasó? No lo sé, pero mira, el hombrecito lo celebraba dando vueltas en el templo y siendo aclamado por la multitud. Le arrojaban cosas. No para hacerle daño. Le cayeron encima muchas prendas de ropa interior femenina. Robamos unas cuantas para venderlas. O no.
Todo acabó con fuegos artificiales y música muy alta. Todas las religiones hacen lo mismo. Mucho ruido y pocas nueces. El hombrecito ascendido al cielo salía luego por la tele. Todo el rato.

El ascendido

domingo, julio 05, 2009

HAY PARTES DE TU CUERPO QUE RECUERDO COMO MÍAS

Hay partes de tu cuerpo que recuerdo como mías. No sé qué recuerdas tú de mí. Tal vez ya me has olvidado. Deberías haberme olvidado. Sería lo mejor para todos. Hay partes de tu vida que recuerdo sin cortes, sin olvidos, con palabras exactos, gestos concretos y precisos. Tal vez los invente. Tal vez no los recuerde y los haya reescrito en mi memoria.
Pero hay partes de tu cuerpo que recuerdo como mías. Estaban por todo tu cuerpo. Y no todas son las partes que sirven para el sexo. Evidentemente esas fueron mías. Las poseí igual que tú poseíste las mías. Pero no eran esas las que yo prefería.
Recuerdo como mía la cara venosa de tus muñecas. Como a veces llevabas pulseras se te hacían marcas con el sol en verano. Tenías entonces las muñecas ralladas. Yo las acariciaba un rato antes de dormir. Antes de que tú te durmieras. Y cuando ya estabas dormida yo seguía acariciándolas un rato. La cara venosa de tus muñecas era mi sueño.
Recuerdo como mío un pequeño lunar que tenías cerca del codo. Cuando veíamos la tele en silencio yo hablaba con ese lunar en ese otro lenguaje que no se oye y no se entiende. Él me contaba tu historia. Porque ese lunar crecía un poquito cuando mentías. Ese lunar era la verdad.
Recuerdo como mías tus rodillas. La marca que te quedó cuando siendo niña te caíste. Esa marca te hacía llevar faldas un poquito más largas. Un poquito más sugerentes. Esa marca era un poco mi deseo. Esa marca era el sello mismo de tu cuerpo y cuando clavabas o apoyabas en mí tu rodilla una parte de la niña que fuiste se quedaba conmigo, en mi cuerpo.
Recuerdo tantas cosas tuyas como mías. No sólo partes de cuerpo. Partes de tu vida misma. Tu tos. Tu sudor. Lo nerviosa que te ponías. Las palabras características que teníamos. Tu número de carnet. Las placas de matrícula de tu coche.
Recuerdo.

Partes de tu cuerpo

sábado, julio 04, 2009

BATALLA

Lo había asumido desde muy joven. No pertenecía al grupo de los triunfadores, de los que ganaban siempre o casi siempre. No tenía el aspecto adecuado. Ni el don de gente. Ni la inteligencia práctica necesaria para triunfar.
Así pues era un perdedor, pero un perdedor resignado, que sabía que ese era su papel y lo asumía sin más, sin problemas, sin quejas al destino, a Dios, a la vida. Las cosas son como son. Cuando podamos cambiarlas lo haremos, mientras tanto, resignación, calma.
Sabía que su vida sería ir de derrota en derrota hasta la derrota final, aunque tenía alguna esperanza de que todo cambiara, de poder hacerlo cambiar, e ir de derrota en derrota hasta la victoria final. Se confesaba como un iluso.
Había días que se levantaba cansado de perder y se repetía el mismo lema una y otra vez “hoy quiero ganar una batalla, sólo una, para empezar”. Estaría tan bien ganar aunque fuera una vez. Una batalla pequeña. No sabía cómo sería esa batalla. Pero una. Qué sabía. Podía ser un beso. O una caricia. O en las sábanas de su cama una mujer. O demostrarse mejor que los ganadores oficiales.
No sabía. Pero una. Una batalla. Y así empezar. Aunque eso significara no volver a ganar. O volver a hacerlo mucho después. Ganar una vez. A la vida. El destino. Lo establecido.
Pero sabía que era imposible. Difícil. Si la hubiera sólo habría una victoria. La primera y la última. Y quería guardarse ese momento y de momento disfrutar sólo pensándolo.

Lucha contigo. Gana una batalla, sólo una pa empezar.

viernes, julio 03, 2009

VELATORIO

Un amigo del Profe murió hace unas semanas. Y fuimos todos al velatorio a ver qué se cocía. Y la verdad que los que nos cocíamos éramos nosotros. Como eran todos los presentes tan viejecitos estaban a las doce de la mañana al sol. Y aún así decían no notar mucho calor.
El ataúd estaba puesto allí para que todos contempláramos el cadáver que había dejado el buen amigo del Profe (en realidad era más su rival en todo y hemos ido a comprobar que realmente estaba muerto y que al menos la última competición la ha perdido con el Profe).
El cadáver, pues bueno, era un cadáver como todos. Quieto. Vestido de traje. En un ataúd. Vamos nada creativo ni nada nuevo. Un muerto. En un tanatorio. Esperando su sepultura.
Es costumbre esperar 24 horas para enterrar el cadáver. Pero como este muerto era un poco egocéntrico dio la orden de no ser enterrado hasta que pasaran dos meses.
Hoy hemos vuelto y la verdad es que esto del velatorio ya huele. Literalmente. James Brown fue enterrado 74 días después de su muerte. Enterraron sólo su peluca. Lo demás se quedó en polvo. Y cuentan que una criada despistada le pasó la aspiradora.
Este amigo del Profe quiere batir ese récord. Y va por buen camino. El cadáver ya huele. El tanatorio está semivacío. Sólo la viuda y una prima suya. Y nosotros que estamos tomando notas para cuando dentro de poco muera el Profe ver qué debemos hacer.
¿En cuánto quedara el nuevo récord? ¿Algún valiente se atreverá a batirlo? ¿Qué enterraremos al final de este hombre? Todos son dudas que se resolverán en el futuro. O no.

James Brown, al fin, descansa en paz

jueves, julio 02, 2009

MULTITAREA

Como tantos y tantos millones de personas, animales y cosas yo pertenezco también al sexo masculino. Soy un varón. Las mujeres se ven superiores en todo. Sobre todo intelectualmente. Y en belleza, por supuesto.
Y en otras cosas que, la verdad, no tengo muy claro que sean ciertas. Dicen tener más capacidad para ver colores o gamas de colores. Yo estoy convencido de que simplemente se lo inventan. Que sólo hay los colores que hay y el resto son invenciones suyas para desconcertarnos y para, a qué negarlo, que sigamos pagando las facturas. ¿Nena tú no tenías ya un vestido rosa? Ya, pero este es rosa palo.
Y nosotros, pues bueno, por no discutir creemos en esa entelequia que es el rosa palo, aunque sabemos que es una mentira como un camión de grande.
Pero la cosa fundamental esta en esa mentira de que no podemos hacer dos cosas a la vez. No es cierto. Podemos ver la tele y rascarnos los huevos. Podemos mear y ventosear al mismo tiempo. Podemos, algunos, comer chicle y andar al mismo tiempo. Podemos ver el fútbol por la tele y beber cerveza al mismo tiempo (vale que aquí se podría objetar que la mitad de esa cerveza nos la tiramos por encima).
Podemos decir una cosa y pensar otra (pocas veces y sólo si trata de conseguir sexo). Podemos follar y decir guarradas a la vez. Y bueno, pocas cosas más. Ver porno y masturbarnos. Conducir e insultar (cualquier otra actividad hecha a la vez de conducir llevará sin ninguna duda a un accidente seguro). Y creo que aquí acaba la lista.
Ellas se supone que son multitarea. Pero bueno, a cambio, tienen tantas cosillas que no sé si les compensa.

Bueno, pues esto es rosa palo, ¿no?

miércoles, julio 01, 2009

ESCRITO EN EL ADN

El otro día salimos todos juntos. No teníamos nada que celebrar. Es sólo que somos un poco borrachines. Y nos fuimos todos a tomar algo. Costumbre tan española como humana y que se practica desde la más tierna infancia, con lo cual va como inscrito en nuestro ADN. Eso y la tortilla de patatas.
Allí estábamos todos, Felipe, Amanda, Lila, el doctor Zoilo, el profe y Germán. Somos unos tipos humanos singulares. Como todos los tipos humanos. Lo que probablemente vendrá a significar que ningún tipo humano es singular. Es igual.
La cosa es que Germán el hombre tuvo suerte. Y una muchacha se fijó en él. Ya sabéis cómo son estas cosas. Yo me fijo en ti. Tú te fijas en mí. Hablamos un poco. Te hago reír. Te vas a tu casa (en mi caso) te vienes a mi coche (en el caso de Germán). Claro que en el caso de Germán suele ser ella la que hace todo el trabajo porque se me corta cuando está con una chica. Y le cuesta hablar.
El caso es que llegó el momento y se fue a su coche tan feliz con la muchacha en cuestión. Allí lo de siempre: besos, caricias, excitaciones, líquidos más o menos viscosos y momentos más o menos ardorosos.
Germán sacó de la cartera su condón, se lo puso. Ella iba ya a adoptar la posición adecuada en torno a aquel trozo de látex cuando sonó el teléfono de Germán. Una mente limpia lo hubiera dejado sonar. O lo hubiera apagado. Pero Germán vio que le llamaba Felipe. “Tenemos un cubo de birra de siete litros. La mitad para ti y la mitad para mí”.
Germán se arrancó el condón. Dejó a la chica más o menos cerca de su casa y se fue a por el cubo de birra. Felipe es un cabrón. Y la birra está escrita con más fuerza que el sexo en el ADN de Germán.


Condón sonriente, todos los condones son felices