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jueves, agosto 13, 2009

AMOOOOOOOOR AMOOOOOOOOR

Ha pasado lo que tenía que pasar. De tanto mirar a las dichosas cucarachas, cucas para él, el doctor Zoilo se ha enamorado de una de ellas. Es una cucaracha americana, grande y marroncita. Tiene, según él, unas antenas preciosas, y mueve el culito con una cadencia que dice no haber visto nunca en nadie.
La dicha cucaracha se llama Marisa y la lleva el doctor en el bolsillo de la camisa. A veces se le sube hacia arriba y la gente que está con él, incluso sus pacientes, se pegan un susto de muerte. Tan de muerte que un afectado del corazón murió ayer en la consulta. Zoilo se reía que era cosa mala.
Las chicas ya no se acercan a él ni locas. Y tiene que comer en una mesa aparte, porque Marisa se le sale y se pone a comer de su plato. Lo más asqueroso, con todo, es verles enrollándose. Zoilo propina besitos super tiernos a Marisa, que restriega sus patitas y sus antenas contra el cuerpo del doctor. Un ascazo vamos.
El doctor está muy ilusionado con su amor, y espera un día poder hacer de Marisa su esposa pero teme que ella le diga que no, que lo suyo es imposible. Además como es muy celoso teme que se vaya con un cucaracho o con un grillo o algo. Le he dicho que se vaya la mata, le pone cucal, trampas o lo que haga falta, pero que la mata. O mía o de nadie.
Ayer les vi paseando hacia el atardecer, el sol caía precioso, como con un color de miel y ellos acaramelados juntaban las cabezas. El amor se destilaba de la escena. A pesar de ello los transeúntes que se cruzaban con la pareja daban un grito de terror o asco. Dependiendo.

Zoilo y Marisa

1 comentario:

insomne dijo...

Si el relato causa bastante asco....
Eso es buen signo de literatura cuando el cuento causa sensaciones como esa! asi que puaj.... y beehhh... muy bueno el relato!