Salir, beber, el rollo de siempre, meterme mil rayas hablar con la gente... A eso es a lo que se dedican las noches en tantos y tantos y tantos lugares. Y así es como las gentes pasan las noches, saliendo, bebiendo, metiéndose, hablando.
Como de la mayoría de estas cosas no puedo hablar por experiencia propia (Cuando hablo de algo lo he probado ya, todo el día hablando, no puedo parar) hablemos de las conversaciones que se tienen a determinadas horas de la madrugada, entre el ruido de las músicas de las discotecas y las miradas lúbricas a las muchachas hoy por hoy medio vestidas.
¿De qué se habla por las noches en las terrazas, los bares, los tránsitos de unas a otros? De lo que se puede, básicamente. De todo lo humano y lo divino en general. Nuestros temas van desde los senos turgentes (no es eso lo que decimos no vayan ustedes a pensar que fumamos en pipa y llevamos bastón), hasta los beneficios de la buena nutrición.
Y en estas conversaciones a veces subidas de tono, no por contenido sexual, sino por contenido en sí mismo, por su nivel de densidad, a veces sucede que algunos desconectan, se aburren, se impresionan ante lo que otros van diciendo o tal vez esos otros que hablan tratan de impresionar con su exhibición a los pobres que ya medio bebidos no entienden lo que se dice. No entienden o se sorprenden o se impactan ante lo dicho por otros.
Y sucede que ya envueltos por el alcohol, el contexto y qué sé yo las conversaciones suben hasta las nubes y se crecen y se entera uno de cosas y aprende tanto de cómo son los demás, el resto de los humanos.
Así que, pese a que no hago lo otro me apunto a las conversaciones de por ahí.
En otro orden de cosas Luis León Sánchez, Luisle, ganó ayer la etapa del Tour. El etapón divertidísimo de ayer del Tour de Francia. Mañana domingo y el lunes llegan los Pirineos con etapas desde las 12 de la mañana, ya sabéis qué estaré haciendo.
1 comentario:
¿Exhibirse? je, je, je
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