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domingo, julio 20, 2008

POR IRLANDA: ITALIAN PARTY / SPANISH PARTY

Ayer sábado tocó doble fiesta: primero en la casa de un grupo de italianos, y después en el apartamento de unos españoles. Pero vayamos por partes y dejadme que os ponga en situación.

Uno de mis compañeros de piso es una chica italiana, Morena, y tiene a varios amigos repartidos por la ciudad. Dos grupos de ellos viven en frente de nuestro bloque, y ayer celebraban una cena-fiesta sorpresa en honor de uno de ellos, Davide, que regresa a Italia el martes que viene. Como a mi me conocen y les caigo bien, pues me invitaron, lo cual agradecí muchísimo. Hay que entender que realmente ahí no pinto nada, y una cosa es que si van a tomar una birra, Morena les diga que si puedo ir con ellos y les parezca bien, aunque termine uno sintiéndose fuera de lugar y en cierta medida, de convidado de piedra. Y otra es que te inviten porque realmente quieren que estés y no por ser "el conocido de". Todo un detalle por parte de todos: de Morena, por estar pendiente de mí; y la del resto, por ser tan buena gente.

De arriba a bajo, y de izquierda a derecha: Davide, Morena, el que os escribe, Jessica, Constanza, Luca (media cara) y Alessandro.

Así a las 9 me acerqué a su casa y nos metimos un risotto con marisco que estaba bastante bueno, bien acompañado de diferentes vinos italianos y su inevitable café (¡Como lo viven, oiga!). Allí estuvimos un buen rato de palique y terminando el vino hasta que decidimos ir a dar un pirulo por ahí. Y según nos íbamos, Tobia (un gran tipo y al que ya dedicaré un post), recordó que había unos españoles montando una fiesta cerca de la universidad y que no estaría mal pasarse por allí. Con los que quedábamos de acuerdo, compramos unas cervezas, pillamos un par de taxis, y para allá.

"Allí me planté, y en tu fiesta me colé..."

Nos encontramos la típica fiesta de veinteañeros con poca pasta y muchas ganas de pillar cacho. A mí, sinceramente, estas situaciones me la sudan. Ni me gustaban cuando tenía 20 tacos, y menos ahora con 31 (aunque la gente pensaba que tenía 25 ¡Qué bien me conservo!). Pero bueno, lo importante en estos casos es la compañía y el pasarlo bien, por lo que nos refugiamos en uno de los balcones de los infernales "Tractor amarillo" y "Paquito, el chocolatero" que sonaban en los portátiles y nos pusimos a beber una birra tras otra.

Los "nuevos" son Aurélien (un chico francés), Lisa (la que cocinó el risotto) y Tobia (a mi derecha).

Allí conocí un juego parecido al del "duro" en el que dos se sientan uno frente al otro, con la cerveza entre las piernas y la chapa encima. Entonces se coge otra chapa, se dobla, y se lanza para tirar la chapa del otro. Si aciertas bebes y sigues lanzando, y si no, turno del otro y te jodes. No deja de ser una chorrada que te impide beber a tu ritmo, pero en determinadas situaciones, y con gente con la que no tienes mucha confianza, está bien y pasas el rato.


En torno a las cuatro, y con "Ska-P" como estandarte de la música patria, nos marchamos a casita, esta vez andando (unos 40 minutos). Pero estuvo bien, porque íbamos cascando, y siendo 4 italianos, 1 francés y 1 español, pues mola ver la forma que tenemos de entender las cosas dependiendo del país.

Ya en casa, a comer que tenía un hambre que me moría ¿Y qué cogí? Pues sí, una latita de atún, pero esta vez, "no probs". Os dejo por hoy, con la evolución de mi herida. Bye, bye.

Así va

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