De entre las muchas
facetas que encontramos en el trabajo de Antonio Mingote, la de
historietista es sólo una más, la más conocida sin duda, pero sólo
una más. Durante su vida Mingote fue actor, militar, escritor,
pintor e ilustrador, por citar sólo alguna de las más conocidas.
Miembro de la Real
Academia de la Lengua, Mingote, emparentado con los humoristas que
habían sacado adelante la más ambiciosa muestra de humor en España,
La Codorniz, tuvo una gran fascinación por El Quijote, lo que le
llevó a publicar una versión ilustrada de la obra que se conoce
como El Quijote de Mingote.
En este año que se
rinde tributo a cualquier manifestación relacionada con el libro de
Cervantes, muchas de esas ilustraciones se han reunido en una
exposición en Alcalá de Henares. En ella podremos recorrer la
novela cervantina en más de doscientas ilustraciones.
La obra ya había
ilustrada con profusión cuando Mingote llega a ella. Famosísimas
ilustraciones la acompañan o la muestran, desde Doré hasta Dalí.
Pero la de Mingote tiene una especial vinculación con la obra
cervantina, pues es la obra de un humorista. El Quijote, resumido y
reducido a su mínima expresión, es un libro humorístico, pero casi
todas las ilustraciones que lo acompañaban eran duras, frías,
tristes, mostrando más el lado desolador y real del personaje que el
humorístico.
Las ilustraciones de
Mingote, con su habitual trazo y su colorido, muestran a un Quijote
más cómico, más cercano a Cervantes, más amable y también algo
más humano pese a su forma de personaje de viñeta.
La exposición, en
el Antiguo Hospital de Santa María la Rica, estará abierta hasta el
31 de Mayo. El Quijote de Mingote aún está disponible. Al igual
que toda su obra, en la que podemos encontrar, como en casi todo el
humor, un algo cervantino, una mirada entre real y fantástica, loca
y cuerda, humana y tierna.
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