Sentado en el sillón empapado en sudor
me despierto con un desasosiego enorme. La siesta es sana, pero yo me
he quedado dormido sin darme cuenta y ahora me despierto
desconcertado, sin saber qué hora es y qué es esto que ponen en la
tele.
He soñado que vivía en un mundo en el
que la gente bailaba. Es decir, no hacían otra cosa que bailar. El
baile era la forma de moverse. Y yo no sé bailar. Así que era un
paria también en ese mundo. Nadie quería bailar conmigo y tenía
que ir dando ridículos saltitos por la calle.
Además todo el rato sonaba música que
tendía al reggeton, se escriba como se escriba. Las chicas se
arrimaban a los chicos y se frotaban con ellos. Todo era muy erótico,
si no fuera porque yo era un pringado que no podía mover las
caderas. Todas las mujeres huían de mí. Más o menos como aquí.
Total que me he despertado muy
desasosegado, de una manera estúpida, porque tampoco es que este
mundo sea mucho mejor.
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