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sábado, enero 03, 2015

LA GUERRA INDIVIDUAL


La Segunda Guerra Mundial y sus historias siguen fascinando a la cultura, sigue vigente como tema de ficción, el premio Nobel de este año sitúa muchas de sus obras en ese tiempo o en sus consecuencias. Un hecho tan global, tan duro, con tantas consecuencias, muchas ya desvanecidas, sigue vivo pese a que casi todos los que la vivieron ya no viven.

En la guerra actual, la crisis económica que está marcando estos años, es más difícil encontrar historias globales que contar. Tal vez sea una película de antes de la gran crisis, una película que se anticipó contando historias particulares, la que mejor pueda contar esta crisis, esta guerra individual que vivimos ahora: Los lunes al sol.

Se pueden contar millones de historias individuales, las historia de nuestros vecinos, de nuestros familiares, la historia de los que un día fueron nuestros compañeros de trabajo y ya no lo son. Pero esas historias es difícil elevarlas a la categoría de globalidad, de colectividad que sí tienen las historias de las guerras. Cualquier historia sobre la Segunda Guerra Mundial muestra el sufrimiento que causó en todos: los lugares destruidos, los hombres salvajes, la muerte continua. Las historias de la crisis, individuales pues cada uno sufre la suya, pueden elevarse como ejemplo, pero siempre mostrará un mundo en orden, que sigue rodando pese a todo.

Esa es la gran diferencia entre la Segunda Guerra Mundial y esta casi tercera, esta guerra silenciosa, que deja sitios abandonados pero no destruidos, que deja muertos, pero no tiroteos, que deja malos y buenos, pero no héroes, que deja pobreza y hambre, pero casi invisibles.

La colectividad con que se sufrió la Segunda Guerra Mundial no es igual que la que vivimos hoy, por eso no hay historias globales de la crisis, y será difícil que las haya, más allá que esa de Los Lunes al Sol, esa historia que cuenta el paro y sus consecuencias en hombres duros y fuertes. Hombres como tantos otros que hoy pasan las semanas al sol. Silenciosos y pobres, sin más historia que la de los sueños perdidos de todos.


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