El cuento lleva unos años como género
fuerte e independiente en la narrativa española. Se publican
colecciones variadas por diferentes criterios: temas, autores,
nacionalidades, épocas; se publican colecciones que un autor ha
querido fijar o recopilaciones de un autor alrededor de muchos años,
sin más ligazón que el hecho de ser el autor el que los escribió.
Pero, ¿qué diferencia al cuento de la
novela? Estrictamente hablando sólo hay una diferencia, la
extensión. Un cuento es una novela de un extensión corta o muy
corta. En principio no hay más diferencias, aunque es evidente que
la limitación en la extensión provocará cambios que le diferencien
de la novela.
Así, serán diferentes la estructura,
el estilo y la pertinencia.
En cuanto a la estructura, contar una
historia en cuatrocientas páginas no es lo mismo que contarla en
cuarenta o en cuatro. No podrá albergar el cuento estructuras
grandes o cambiantes, no podrán plantearse escenas y escenarios
variados ni múltiples cambios temporales. De ahí que tantos cuentos
se desarrollen en escenas únicas, en un espacio de tiempo limitado
(muchas veces el tiempo real de la lectura) y con estructuras
lineales.
Debido a su corta extensión todo lo
que haya dentro de un cuento ha de ser pertinente, es decir, no puede
incurrir en digresiones. Cada palabra estará calculada y será
precisa, porque un exceso de palabras alargará la narración y la
alejará del formato. La novela sin embargo permite más palabras y
que estas no sean obligatorias, no sean pertinentes, no sean
necesarias para la trama.
El estilo, el lenguaje, es el principal
atractivo del cuento. El cuento ha sido materia de experimentación.
Se puede probar en él un lenguaje excesivo, un estilo rupturista,
porque su corta extensión no agobiará al lector si este es fallido.
Contar una historia sin necesidad de verbos o sin necesidad de
adjetivos, es algo que un novelista no puede permitirse. He ahí la
principal ventaja del cuento, permite al autor utilizar un lenguaje
diferente, impactante, lleno o vacío de elementos que una novela
requeriría.
El cuento disfruta de cierta fortuna en
el ambiente literario, e incluso en ocasiones en el editorial, y
muchos autores lo cultivan con profusión y hasta como único
material. Pero la preeminencia de la novela como género literario de
nuestro tiempo es indudable.
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