Puestos a sentarnos delante de la
televisión un día de Navidad, todos esperaríamos que nos pusieran
un clásico de la época. Pero, a diferencia de la Semana Santa, que
sí tiene unos clásicos imprescindibles cada año (películas de
romanos y de santos), no hay una tradición navideña de cine.
Pese a ello, y gracias a que hora
existen múltiples plataformas que nos permiten conseguir películas
de una manera accesible (itunes, amazon y wuaki, por poner ejemplos
legales), podemos intentar hacernos con uno de estos dos títulos, El
Bazar de las sorpresas y La jungla de cristal.
Dos películas bien diferentes, es
cierto. El Bazar de las sorpresas es una película de Ernest Lubich
en la que se cuenta la complicada relación personal de dos
vendedores en un gran almacén en contraste con su hermosa historia
de amor vía epistolar. Protagonizada por James Steward, la película
se desarrolla durante las navidades y tiene como colofón la cena que
el dueño del bazar comparte con su repartidor. Años más tarde,
Nora Ephron realizó una nueva versión modernizada que se llamó en
España Tienes un e-mail.
La otra película navideña que habría
que disfrutar es La jungla de cristal, libre traducción de Die Hard.
Fue la película que lanzó al estrellato de las películas de acción
a Bruce Willis, que hasta entonces había destacado en la comedia
(Cita a ciegas, Luz de luna). Una historia sencilla, un policía
visita a su esposa en el rascacielos en el que trabaja, este es
tomado por unos terroristas y Bruce Willis, Jhon Mcclain, es el único
que puede impedirles llevar a cabo su plan. Diálogos “ingeniosos”
y muertes entretenidas de terroristas te hacen pasar un rato más que
agradable. Cuando al final McClain dice “Yippy ka hey” y el
Jingle Bell rock de fondo es un clásico del cine moderno de acción.
Además hay segunda parte. De la tercera en adelante, ya no son
navideñas, ni muy recomendables.
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