Publicidad

lunes, marzo 15, 2010

LLORAR

Hubiera llorado, pero no he podido. No puedo llorar. No sé si lo sabes. No, no lo sabes. Bueno, tal vez sí lo sabes. La cosa es que no estás aquí y que creo que hablo contigo porque estoy borracho y hablar solo es triste. Así que sí, habría llorado. Pero no, no lo he hecho. Lloro por dentro. Tú que me miras a veces no sabes cómo es eso. No te preocupes. No es grave. Son cosas que pasan. La tristeza es necesaria. Quiero otra cerveza. Al menos tengo dinero. Estar triste da dinero, ¿sabes? Puedo escribir canciones. Cualquier día hasta publicamos un disco. No me importa estar triste. Ni sacar un disco. Me importa un bledo. A Felipe le da igual que esté triste. Mientras escriba canciones le da igual. Él así tiene todo lo que necesita. Dinero y mujeres. Más de lo segundo que de lo primero. Yo que me encargo de las finanzas sé que ganamos poco. Pero no era eso. No era dinero. Era otra cosa. Yo puedo pagar por lo que sea. Lo que sea. Me da igual el dinero. Tú eso sí que lo sabes. Dinero. Dinero. Vil metal. Nada. Triste. Llora me dices. O lo piensas. Pero no quiero llorar. No quiero nada. Sólo dormir un rato. Un rato nada más. Me gusta que parezca que me escuchas. Me gusta imaginar que estás aquí y te hablo y que digo lo que tengo que decir y así no se me caen las cosas mientras te cuento secretos. Mis más oscuros secretos. Me río. Estoy triste y me río. Seguramente porque tiro las cosas al suelo. Tengo que dejar de beber y pensar y hablar en voz alta en los bares. Ese tipo de allí quiere echarme. Y no tengo donde ir. Felipe ocupa la casa entera. Algo de un equipo de no sé qué femenino. Ya podría haberme dejado aunque fuera a la entrenadora.


Así sí puedo

No hay comentarios: