Como soy así de sosito las chicas me invitaron a su noche de chicas, que consiste básicamente en lo mismo que una noche de chicos, pero con la diferencia de que se ponen tacones y en lugar de hablar de las tetas de esa o de la otra hablan del probable paquete del de más allá.
Yo que siempre he sido un romántico me quedé un poco desengañado hablando con Lila y Amanda. Pensé que ellas serían dulces, tranquilas, que buscarían el amor, el dormir abrazaditos, juntitos, oliéndose el pelo y esas cosas, todo después de una cena con velitas y dormidos junto a una chimenea.
Pero no, todo esto ha servido más que nada para confirmar mi teoría de que hace mucho que todo miente. Que en la vida no hay tres cosas: salud, dinero y amor, que las cosas que hay son: salud, dinero y sexo.
Y es que el sexo se ha convertido en lo más importante. En el tiempo que pasamos hablando, pensando o buscando sexo podríamos componer sinfonías, descubrir vacunas, arreglar el Atleti o cosas aún más difíciles, si es que las hay.
Nada hay por encima del sexo. “Te quiero”, decimos todos, cuando (y menos mal que todos o casi todos lo sabemos) lo que queremos decir es “te quiero follar”. Así que hace tiempo que en todas las cabezas el sexo superó al amor. Y si nos juntamos en parejas es por la facilidad que nos da esa pareja para el sexo. Que si no…
Yo que siempre he sido un romántico me quedé un poco desengañado hablando con Lila y Amanda. Pensé que ellas serían dulces, tranquilas, que buscarían el amor, el dormir abrazaditos, juntitos, oliéndose el pelo y esas cosas, todo después de una cena con velitas y dormidos junto a una chimenea.
Pero no, todo esto ha servido más que nada para confirmar mi teoría de que hace mucho que todo miente. Que en la vida no hay tres cosas: salud, dinero y amor, que las cosas que hay son: salud, dinero y sexo.
Y es que el sexo se ha convertido en lo más importante. En el tiempo que pasamos hablando, pensando o buscando sexo podríamos componer sinfonías, descubrir vacunas, arreglar el Atleti o cosas aún más difíciles, si es que las hay.
Nada hay por encima del sexo. “Te quiero”, decimos todos, cuando (y menos mal que todos o casi todos lo sabemos) lo que queremos decir es “te quiero follar”. Así que hace tiempo que en todas las cabezas el sexo superó al amor. Y si nos juntamos en parejas es por la facilidad que nos da esa pareja para el sexo. Que si no…
Eso sí, siempre con
1 comentario:
Completamente de acuerdo
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