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miércoles, febrero 17, 2010

DESIDIA

Cuando eras pequeño y estabas jugando tu madre solía llamarte: José Ignacio, el bocadillo. José Ramón, la merienda. A comer. Entonces tú tenías que dejar de jugar y no querías. Así que decías eso de ahora voy. Aunque nunca ibas. ¿Qué pasaba? Que venía tu madre, te daba dos hostias y tú subías corriendo y calentito a comer.

Eso mismo nos ha pasado a los escépticos. Estábamos tan felices con nuestra abulia, nuestra desidia, nuestra dejadez, nuestro me la suda todo y ha venido nuestra madre y nos ha dado dos hostias y hemos tenido que dejar de jugar.

En concreto Felipe ha venido. El casero pedía el alquiler. Me da igual le he dicho. Me he quedado sin condones. Le he mirado de arriba abajo. Me ha soltado una trola. Él no usa condones. No tenemos birras. Eso me ha hecho algo de daño. Hay dos mujeres en casa una para ti. Te dejo elegir. Pero como le conozco y sé que me estaba timando y que las dos iban a ser para él me he quedado quieto. Entonces él me ha cogido de un patilla y me ha dado dos bofetones. Se me ha acabado la abulia, la desidia y todo lo demás. Y me he ido a currar como una persona mayor. O lo que es lo mismo, he escrito el triste blues de los apaleados.

Como dice Séneca, podemos ser escépticos y seguir viviendo, que una cosa no quita la otra.


Sostribo mi desidia en la barra de algún bar

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://pregonao.blogspot.com/2010/02/iu-marmolejo-tambien-denuncia-grinan-al.html