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viernes, mayo 23, 2008

LA VUELTA DE INDIANA JONES

Cuando era un niño a Steven Spielberg le gustaba jugar a provocar accidentes ferroviarios con sus trenes de juguete. Su padre un día le regaló una cámara de súper 8 y se le ocurrió una gran idea: provocar el accidente definitivo y grabarlo para verlo una y otra vez. Esto viene a que Spielberg lleva desde siempre rodando películas de acción y eso, amigos, se nota.

Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal no defraudará a los que busquen acción, emoción, aventura, y todo bien rodado, bien hecho y bien escrito, algo que tal y como está hoy la vida de Hollywood no es tan fácil.

La película puede decepcionar a algunos, parecer una pasada a otros, pero recordemos que en anteriores películas nuestro Indi sobrevive a una caída en avión con una balsa neumática, a que su cara sea machacada por las ruedas de un tanque o a los espíritus del Arca de la Alianza.

Ruego a todos los que vayan a verla que busquen las referencias tanto a anteriores películas de la saga como a clásicos del cine. Hay muchas y muy variadas. Y cuidado, Spielberg sabe jugar con nuestras expectativas, no todo es lo que parece.

Hay que decir tres cosas: no es tan emocionante como el Arca Perdida (ese principio calculando el peso exacto necesario para que el ídolo pueda ser substituido por la bolsa de arena), no es tan trascendente como La Última Cruzada (lo importante no es el tesoro, sino el camino que se recorre para conseguirlo) ni es tan divertida como El Templo Maldito (esta tiene impagables escenas de comedia: en el monte mientras Tapón e Indi juegan a las cartas y la chica se asusta de todo, el famoso banquete o el momento en que la chica y el Dr. Jones van a enrollarse y no pueden). Aún así es una gran película a la altura de las otras de la saga.

Decir que pese a lo tardío de la hora y la fiebre, tos y otras dolencias nadie se durmió (algo querrá decir eso, ¿no?) pese a que dura dos horas (id antes al baño).

Por último una petición: regulen bien la temperatura de los cines, a veces te congelas y otras, como ayer, te asas de calor.

He vuelto, cobarde.

3 comentarios:

Julio Vegas dijo...

Pues muy de acuerdo contigo, Rubén.

Bill Rayos Beta dijo...

El Dios del Trueno se encargará de regular la temperatura a partir de ahora ¡Por Odín!

PINKY dijo...

TOTALMENTE DE ACUERDO, YO TAMBIEN.