Ana ha ido a ver a Rubén. Él se ha sorprendido. No esperaba que Ana le visitara en casa. Lo primero que le ha dicho ha sido, evidentemente, Laura no está. Pero Ana ha dicho que no importaba que venía a verle a él, que hacía mucho tiempo que no le veía, que no sabía nada de él y de su vida.
Rubén se ha extrañado. Nunca ha tenido una relación demasiado fluída con Ana, nunca han hablado demasiado. O al menos no demasiado en serio. Rubén sabe de su relación, de lo bien que Ana y Laura se han llevado siempre, que se han apoyado la una en la otra, se han sido necesarias y útiles.
Ana siempre se ha reído mucho con él, lo sabe. Sabe que siempre esa ha sido una de sus mejores armas con las mujeres y sabe cuando las hace reír. Cuando se ríen con él. Cuando su risa es sincera.
Ana ha estado muy simpática, riéndose mucho. Rubén le ha contado sus cosas. Las cosas de Rubén son insignificantes. Lo que importa es como las cuenta.
En un momento dado Ana ha dicho: Laura está ahora con otro hombre. Rubén no ha dicho nada. Ha mirado a Ana. No ha preguntado lo que ella esperaba, cómo lo sabes, qué dices, es imposible.
Rubén sólo se ha reído. Después ha dicho que era mejor que se fuera. Pero Ana ha insistido, está ahora con otro hombre. Y le ha dado unos datos que Rubén intenta ahora borrar de su memoria. No podrá, pero hará como si no los sabe.
Rubén ha pedido a Ana que se fuera. Y le ha dicho que no quería saber nada de aquel asunto. Ana cree que Rubén hace mal negando la evidencia, que se va a hacer daño así. Que lo primero es asumir la realidad y luego enfrentarse a ella.
Rubén no puede decir que lo sabe, que lo sabe hace tiempo. Y que lo ve normal. Y que no pasa nada. Y que todo se va a arreglar, y que él sabe que será así, y que ya casi sabe cómo lo va a hacer.
Ana, después, ha dicho que ella nunca le pondría los cuernos, que un hombre tan bueno y tan guapo y tan interesante es lo que ella siempre ha querido y que por eso no podría cambiarlo por otro.
Rubén ha sonreído. No, no podrás cambiarme por otro. Y le ha pedido que salga.
Ana se siente un poco humillada. Esperaba que Rubén la hiciera caso al fin, que la besara, que se vengara en ella. Le parece un buen cambio. Laura con Luis y ella con Rubén.
Pero Rubén no la ha hecho caso.
Después cuando ella ha salido se ha quedado Rubén pensando en este hecho. ¿Cambia el que lo sepan el hecho en sí? Y sobre todo, ¿Cambia mi percepción, mi obligación y mi intención sobre el asunto?
Sabe que sí, que si los demás lo saben él tendrá que ejercer un papel que no quiere.
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