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jueves, enero 14, 2010

METEOROLOGÍA

No me preocupaba llevar dos meses sin ver el sol. Podía mirar tu sonrisa. No es lo mismo, dirá algún listo. Y yo digo, no, no es lo mismo. Pero a mí, igual, me da calor.
Llovía y llovía sobre las ciudades nuestras. Llovía sin ton ni son. Y desbordaba los ríos. Y destruía los puentes. Y cortaba las carreteras. Pero nos aguantábamos.
Yo te podía mirar. Me hacías feliz.

Llegó la nieve. Pero no fue para tanto. Yo la miraba derretirse desde mi ventana. Cuando se derrita, me decía, ella me llamará. Vale que no me llamabas
pero a mí la esperanza no me la quitaba nadie. Felipe me daba por saco. Y salía a por nieve para su cubata. Pero a mí me daba igual. Yo tenía fe.

Volvió la lluvia. Pero no me preocupaba. Se llevaba la nieve. Se habrá constipado, pensaba yo. Y creo que acertaba. Pero daba igual. Yo seguía teniendo fe.
No podía no tener fe en ti.

Después fue el viento. Si sale ahora se le levanta la falda. Por eso está en casa. Cuando deje de soplar me llamará, vendrá a verme. El viento volvió loco a Felipe.
Pero lo arregló con cerveza. Ya está mucho más cuerdo que yo.

Ahora hace sol. No te puedo buscar más excusas.

No viniste

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