Con la mirada baja irá hablando, le irá contando. Están juntos por fin desde hace mucho tiempo, sentados en la mesa de la cocina. La ventana abierta, suena fuera el ruido de los pájaros, algún coche que pasa. La cocina está limpia. Es por la mañana y aún Rubén no ha hecho la comida.
En esa mesa es donde comen los dos desde hace muchos años. Laura lo mira de vez en cuando, sabe que no tiene que tener la mirada siempre baja, que tiene que mirarle todo lo que pueda. Que tiene que hablarle a los ojos. Él siempre se lo pidió: háblame a los ojos.
Tendrá el discurso ensayado. Las palabras precisas y más perfectas posibles. Lo siento. Siempre te querré. Pero será de otra manera. Lo hemos pasado bien. Hemos sido grandes. Me has hecho muy feliz. Te echaré de menos.
Sabe que tiene que hablarle de Luis. Sabe que Rubén no va a llorar. Que no dirá nada. Sabe que Rubén es fuerte. Y es un actor. Sabe que no llorará. Que no se quejará. Que la ayudará en lo que necesite. Lo sabe. Él siempre ha sido así.
Sabe también que le preguntará por Luis. Y que querrá conocerle y saber cómo es. Y que seguirá cuidando de ella. Sabe que dirá que si él le hace daño el estará siempre. Que no tienen que dejar muchas cosas. Que sólo han dejado de quererse de una manera, no de todas las maneras. Conoce bien a Rubén, sabe lo que dirá.
Sabe que no le gustará Luis, porque Luis es la clase de hombre que nunca le ha gustado. De los que viven todo para fuera y que parecen muy vacíos. Pero sabe también que si ella quiere, que si le hace feliz, él se esforzará. Y no dirá nada malo de él. Y hasta podrá salir con él a correr alguna vez. Sabe que lo hará por ella.
Sabe que él no llorará pero que ella sí. Y que será Rubén, como siempre, el primero en consolarla. Pero sonríe al pensar en Luis, en que será Luis el que realmente la consuele. Porque tendrá pena. Porque es una pena eso que le ha pasado con Rubén. Porque aquello parecía eterno, porque era bueno.
Y llorará varias noches. Pero Rubén no. Se levantará muy triste pero no llorará. Irá a trabajar, saldrá a correr, leerá, verá películas, se pondrá los partidos, gritará con los partidos, pero no llorará. Nadie sabrá que está triste. Y que es por ella.
Laura sabe que será así. Ahora tiene que hacerlo.
En esa mesa es donde comen los dos desde hace muchos años. Laura lo mira de vez en cuando, sabe que no tiene que tener la mirada siempre baja, que tiene que mirarle todo lo que pueda. Que tiene que hablarle a los ojos. Él siempre se lo pidió: háblame a los ojos.
Tendrá el discurso ensayado. Las palabras precisas y más perfectas posibles. Lo siento. Siempre te querré. Pero será de otra manera. Lo hemos pasado bien. Hemos sido grandes. Me has hecho muy feliz. Te echaré de menos.
Sabe que tiene que hablarle de Luis. Sabe que Rubén no va a llorar. Que no dirá nada. Sabe que Rubén es fuerte. Y es un actor. Sabe que no llorará. Que no se quejará. Que la ayudará en lo que necesite. Lo sabe. Él siempre ha sido así.
Sabe también que le preguntará por Luis. Y que querrá conocerle y saber cómo es. Y que seguirá cuidando de ella. Sabe que dirá que si él le hace daño el estará siempre. Que no tienen que dejar muchas cosas. Que sólo han dejado de quererse de una manera, no de todas las maneras. Conoce bien a Rubén, sabe lo que dirá.
Sabe que no le gustará Luis, porque Luis es la clase de hombre que nunca le ha gustado. De los que viven todo para fuera y que parecen muy vacíos. Pero sabe también que si ella quiere, que si le hace feliz, él se esforzará. Y no dirá nada malo de él. Y hasta podrá salir con él a correr alguna vez. Sabe que lo hará por ella.
Sabe que él no llorará pero que ella sí. Y que será Rubén, como siempre, el primero en consolarla. Pero sonríe al pensar en Luis, en que será Luis el que realmente la consuele. Porque tendrá pena. Porque es una pena eso que le ha pasado con Rubén. Porque aquello parecía eterno, porque era bueno.
Y llorará varias noches. Pero Rubén no. Se levantará muy triste pero no llorará. Irá a trabajar, saldrá a correr, leerá, verá películas, se pondrá los partidos, gritará con los partidos, pero no llorará. Nadie sabrá que está triste. Y que es por ella.
Laura sabe que será así. Ahora tiene que hacerlo.
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