Ella no quiso mi vida. Sólo me pidió dinero. Dinero para irse más lejos de mí. Y, claro, se fue. Hasta que se le acabó el dinero y me volvió a llamar y yo volví y fui feliz un rato, hasta que cogió mi pasta y se volvió a largar.
El problema es que yo, lelo como soy, quiero a esa mujer que me patea el culo y la cartera cuando me ve. Es dominicana y se llama Nicole. Tiene un novio. O tal vez una novia. No lo sé. Y la conocí una noche por ahí.
Después de acostarse conmigo me pidió dinero. Y yo se lo di. Y le di mi vida. Pero no quiso mi vida. Sólo me pidió dinero… pero esto ya lo he contado.
Ahora intento despagarme de ella, pero no puedo, así que voy a verla a cada rato y la pago y como no le gusta darme besos, beso los billetes que le pago. Porque sé que ella luego los besa, que le gusta mucho más el dinero que yo y que cualquier hombre. E imagino que mis besos y sus besos se juntan en esos billetes manoseados, esnifados y quién sabe qué más.
Total, que al menos estoy teniendo contacto carnal con una mujer. Y con mi cajero automático.
El problema es que yo, lelo como soy, quiero a esa mujer que me patea el culo y la cartera cuando me ve. Es dominicana y se llama Nicole. Tiene un novio. O tal vez una novia. No lo sé. Y la conocí una noche por ahí.
Después de acostarse conmigo me pidió dinero. Y yo se lo di. Y le di mi vida. Pero no quiso mi vida. Sólo me pidió dinero… pero esto ya lo he contado.
Ahora intento despagarme de ella, pero no puedo, así que voy a verla a cada rato y la pago y como no le gusta darme besos, beso los billetes que le pago. Porque sé que ella luego los besa, que le gusta mucho más el dinero que yo y que cualquier hombre. E imagino que mis besos y sus besos se juntan en esos billetes manoseados, esnifados y quién sabe qué más.
Total, que al menos estoy teniendo contacto carnal con una mujer. Y con mi cajero automático.
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