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viernes, diciembre 04, 2009

DINERO

Ella no quiso mi vida. Sólo me pidió dinero. Dinero para irse más lejos de mí. Y, claro, se fue. Hasta que se le acabó el dinero y me volvió a llamar y yo volví y fui feliz un rato, hasta que cogió mi pasta y se volvió a largar.
El problema es que yo, lelo como soy, quiero a esa mujer que me patea el culo y la cartera cuando me ve. Es dominicana y se llama Nicole. Tiene un novio. O tal vez una novia. No lo sé. Y la conocí una noche por ahí.
Después de acostarse conmigo me pidió dinero. Y yo se lo di. Y le di mi vida. Pero no quiso mi vida. Sólo me pidió dinero… pero esto ya lo he contado.
Ahora intento despagarme de ella, pero no puedo, así que voy a verla a cada rato y la pago y como no le gusta darme besos, beso los billetes que le pago. Porque sé que ella luego los besa, que le gusta mucho más el dinero que yo y que cualquier hombre. E imagino que mis besos y sus besos se juntan en esos billetes manoseados, esnifados y quién sabe qué más.
Total, que al menos estoy teniendo contacto carnal con una mujer. Y con mi cajero automático.

Basado en una canción de Serrat, y en un hecho real.

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