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martes, diciembre 15, 2009

DELANTE DEL MONITOR

Las costumbres se adaptan a los tiempos. Ahora, por ejemplo, los mensajes de texto circulan que da gusto. Y toda chorrada que antes se quedaba en la cabeza de uno puede ser enviada a cualquiera por lejos o dormido que esté.
O la manera de comer. Antes había que comprar la comida fresca y consumirla. Ahora se puede comprar comida que era fresca hace años, descongelarla y comerla. Y hasta sabrá a lo que debe saber o a otra cosa distinta.
Todas las formas cambian. También cambia la manera de masturbarse. Antes, cuando un servidor tenía una urgencia o una apetencia comenzaba a darle vueltas a la imaginación, o peor, la imaginación le daba vueltas a uno y acababa sacando una o varias fantasías que te hacían llegar al culmen.
Vale, somos conscientes de que ya había ayudas, pero buscar y sacar la revista (los que las tuvieran, demasiado pegajosas y demasiado complicadas, sólo con una mano) o poner el video (¡cuántos videos se han parado y se han quedado dentro causando graves destrozos morales!) eran cosas muy lentas y eso lleva una urgencia.
Ahora se me ha acabado la fantasía. No tengo imaginación. Me pongo a pensar en qué haría a quién y no voy más allá de lo evidente. Y ni eso. Y esto es por los nuevos tiempos. Años hace que (calculen amigos la de veces que he practicado pues) no me masturbo si no es delante del monitor del ordenador.
Y no se escandalicen. No es cosa mía. Es un acto global masculino. Internet da opciones para todos: los normales, los raritos, los de los pies, los de las tetas, los del cuero, los de los travestis, los de los animales, las viejas, las pelirrojas, las peludas, las chatas, las feas, todo está aquí.
Youporn, tuporno, orgasmatrix, y más y más y más han matado nuestra imaginación manteniendo, sin embargo, siempre apunto nuestra libido.
Ay, que ataque de nostalgia me está dando, tengo una fantasía, voy a buscarla en internet, seguro que alguien ya la ha filmado.


Internet kills the imagination

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