El primer brote de almendro le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto saldría verde y blanco por todos los lados.
El primer aroma dulzón le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto los olores lo inundarían todo y el polen flotaría en el ambiente haciendo toser a unos e ilusionarse a otros.
El primer manojo de amapolas le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto todo estaría lleno de colores estridentes que anunciaban reproducciones y que manchaban los campos de una tonalidad cálida y distinta.
El primer top de una muchacha le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto toda la efervescencia de las mujeres estaría a la vista y el corazón de los hombres a flor de piel.
Pero nada de eso pasaba. La primavera no llegaba. No había más que frío, árboles durmientes, olores húmedos, colores grises, mujeres tapadas con bufandas y gorros.
El invierno aún dominaba su vida. El frío, el viento, la niebla, la lluvia, hasta la nieve. La primavera se hacía la remolona y por dentro, los corazones helados, necesitaban mucho para latir de verdad con fuerza, con sangre roja como los manojos de las amapolas.
El primer aroma dulzón le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto los olores lo inundarían todo y el polen flotaría en el ambiente haciendo toser a unos e ilusionarse a otros.
El primer manojo de amapolas le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto todo estaría lleno de colores estridentes que anunciaban reproducciones y que manchaban los campos de una tonalidad cálida y distinta.
El primer top de una muchacha le daba la idea de que llegaba la primavera. Pronto toda la efervescencia de las mujeres estaría a la vista y el corazón de los hombres a flor de piel.
Pero nada de eso pasaba. La primavera no llegaba. No había más que frío, árboles durmientes, olores húmedos, colores grises, mujeres tapadas con bufandas y gorros.
El invierno aún dominaba su vida. El frío, el viento, la niebla, la lluvia, hasta la nieve. La primavera se hacía la remolona y por dentro, los corazones helados, necesitaban mucho para latir de verdad con fuerza, con sangre roja como los manojos de las amapolas.
La primavera sólo parecía despertar si ella o algo de ella asomaba.
2 comentarios:
Curioso como cambia la percepción de uno cuando las hormonas están alteradas.
:p
Lo malo de ser almendro es que floreces en invierno. Puede venir una maldita helada y joderte vivo.
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