Ante las múltiples posibilidades que nos ofrece este período de tiempo que hemos dado en llamar fin de semana (y no finde, por Dios) hay una que es especialmente querida por algunos, o en este caso, por este que escribe.
No es salir con la bici a dar vueltas por el monte como si fuera una cabra aburrida y chutada de clembuterol.
Tampoco es salir a correr por el parque o la ciudad con el mp3 puesto a tope con la discografía completa de Camela.
No es ir al centro comercial de turno a buscar cosas con las que calmar las ansias de vivir, digo a comprar.
No es madrugar para jugar la liga de fútbol sala del pueblo en la que, como siempre en la vida, vamos últimos.
No es buscar desesperadamente una chica a la que pedirle una cita (o un chico al que pedirle una cita) y que nos acompañe este fin de semana y tal vez el resto de la vida.
No es ir a bares nocturnos llenos de humo y carne ardiente, llenos de borrachos y camareras sensuales.
No es ir a comprar sellos, cromos, cartas de magic o cualquier otra cosa por la que tengamos afición.
No, mi afición favorita los fines de semana (ahora que ha acabado la liga) es dormir. Una noche y un buen trozo de mañana durmiendo es uno de los grandes placeres de la vida. Lástima que, por desgracia o no, duerma tan poco los fines de semana.
No es salir con la bici a dar vueltas por el monte como si fuera una cabra aburrida y chutada de clembuterol.
Tampoco es salir a correr por el parque o la ciudad con el mp3 puesto a tope con la discografía completa de Camela.
No es ir al centro comercial de turno a buscar cosas con las que calmar las ansias de vivir, digo a comprar.
No es madrugar para jugar la liga de fútbol sala del pueblo en la que, como siempre en la vida, vamos últimos.
No es buscar desesperadamente una chica a la que pedirle una cita (o un chico al que pedirle una cita) y que nos acompañe este fin de semana y tal vez el resto de la vida.
No es ir a bares nocturnos llenos de humo y carne ardiente, llenos de borrachos y camareras sensuales.
No es ir a comprar sellos, cromos, cartas de magic o cualquier otra cosa por la que tengamos afición.
No, mi afición favorita los fines de semana (ahora que ha acabado la liga) es dormir. Una noche y un buen trozo de mañana durmiendo es uno de los grandes placeres de la vida. Lástima que, por desgracia o no, duerma tan poco los fines de semana.
P.D. Hay que completar el fanzine digital y aún nos falta: Mi rincón favorito, El lobo Estepario y La Contra. A ver si alguien puede colgarlo.
1 comentario:
dormir es una buena afición, y que nos gusta a un grna porcentaje, la diferencia se encuentra en el momento del día en que preferimos practicarla: de noche, con el sol ya bien alto o después de comer
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