Hoy no hablaré de Felipe. Ni del doctor. Ni de nadie. Que quede claro que hoy hablo de mí. Por experiencia propia. No quiero que penséis que todo lo malo o lo noticiable les pasa siempre a otros, a Felipe sobre todo. No
Hablemos de tamaños. ¿Qué importa el tamaño? No lo sé. Supongo que mucho dado que la gente mataría por tenerla grande. Y las mujeres siempre ponen una sonrisa pícara cuando se dice grande. Y los que la tienen pequeña, pues eso, acaban de boca en boca, más bien difamados.
Pero, pensando fríamente, ¿Es bueno tenerla grande? ¿Pequeña? Desde mi punto de vista puedo aportar las siguientes ventajas de tenerla pequeña:
Los condones normales te valen siempre. No te aprieta ninguno. No te hacen daño. No se te hacen incómodos. Además como son normales no tienes que pagar de más. Es por tanto más cómodo y más barato.
No tienes que andar todo el día tocándote para colocártela. Como es tan pequeña siempre va colocada y no molesta. Además te puedes tumbar boca abajo sin problemas. Por tanto es menos doloroso y provoca menos tensiones sociales, no tienes que andar con la mano en el paquete todo el rato.
Ninguna mujer te dice que no le cabe entera. En ninguna parte. Como es tan pequeña cabe en cualquier lado. Y sin mucho esfuerzo. Por tanto puedes hacer más cosas, tienes más variedad.
No rompes la ropa interior, ni casi la manchas porque no la tocas. Es más limpio.
Como es más pequeña requiere menos sangre, por tanto te llega el riego a otras partes, sobre todo la cabeza y puedes pensar a pesar de tenerla erecta. Por tanto eres más listo.
Como es más pequeña y requiere menos sangre puedes tener más erecciones. Eres más fogoso. Por tanto eres más activo.
Y por último, como es más pequeña puedes tener una erección en cualquier lado y en cualquier momento sin que se note. Y esto, amigos, sí que es una gran ventaja. No hay quien lo dude.
Estas son sólo unas cuantas ventajas. Hay más. Pero no tengo ganas de pensar más. ¡Vivan las pollas pequeñas!
Hablemos de tamaños. ¿Qué importa el tamaño? No lo sé. Supongo que mucho dado que la gente mataría por tenerla grande. Y las mujeres siempre ponen una sonrisa pícara cuando se dice grande. Y los que la tienen pequeña, pues eso, acaban de boca en boca, más bien difamados.
Pero, pensando fríamente, ¿Es bueno tenerla grande? ¿Pequeña? Desde mi punto de vista puedo aportar las siguientes ventajas de tenerla pequeña:
Los condones normales te valen siempre. No te aprieta ninguno. No te hacen daño. No se te hacen incómodos. Además como son normales no tienes que pagar de más. Es por tanto más cómodo y más barato.
No tienes que andar todo el día tocándote para colocártela. Como es tan pequeña siempre va colocada y no molesta. Además te puedes tumbar boca abajo sin problemas. Por tanto es menos doloroso y provoca menos tensiones sociales, no tienes que andar con la mano en el paquete todo el rato.
Ninguna mujer te dice que no le cabe entera. En ninguna parte. Como es tan pequeña cabe en cualquier lado. Y sin mucho esfuerzo. Por tanto puedes hacer más cosas, tienes más variedad.
No rompes la ropa interior, ni casi la manchas porque no la tocas. Es más limpio.
Como es más pequeña requiere menos sangre, por tanto te llega el riego a otras partes, sobre todo la cabeza y puedes pensar a pesar de tenerla erecta. Por tanto eres más listo.
Como es más pequeña y requiere menos sangre puedes tener más erecciones. Eres más fogoso. Por tanto eres más activo.
Y por último, como es más pequeña puedes tener una erección en cualquier lado y en cualquier momento sin que se note. Y esto, amigos, sí que es una gran ventaja. No hay quien lo dude.
Estas son sólo unas cuantas ventajas. Hay más. Pero no tengo ganas de pensar más. ¡Vivan las pollas pequeñas!
2 comentarios:
Lo importante es que crezca. A mí se me duplica cuando me empalmo. Y ya la tengo bastante gorda cuando está tranquila.
Pero lo más importante de todo, muchacho, es saber usarla...
quien no se consuela es porque no quiere
Publicar un comentario