En Suecia, ese lugar famoso por sus mujeres, sus coches seguros y sus mujeres (es que son doblemente hermosas), el deporte nacional es el Hockey sobre Hielo. Todo sueco lleva dentro un patinador con un stick que te puede partir la cara y meterte un gol por menos de nada. No es que no hagan otros deportes, ahí están sus bellas atletas y Carolina Kluft (espero que se escriba así), Ibrahimovic y otros deportistas suecos.
En Estados Unidos se vuelven locos por el Beisbol, que es ese deporte tan aburrido que si no vas borracho no hay quien lo aguante. Es el deporte nacional. Y lo llevan a gala. Pese a que el resto del mundo se ría de ellos y les señale con el dedo por el aburrido deporte que practican.
¿Y en España? Pues en nuestro bonito país hay dos deportes fundamentales. Uno es el fútbol, del que hoy no hablaremos. Y el otro es el cotilleo. Todo el mundo rumorea. Todo el mundo murmura. Inventa. Miente. Lanza bulos. Especula.
Y no lo hace en ámbitos privados (tú a mí y yo a ti) si no que extendemos la mentira como los hijos de Dios se extendieron por la tierra.
Tenemos además un gusto raro por lo más sórdido: sexo, situaciones embarazosas, drogas, dinero,… todos sabemos cómo lo hacen los demás. Cómo la tienen de larga. Cómo de corta. Cómo de fea. Cómo son las tetas. Quién hace qué con quién. Cuál es el gusto más personal de cada uno.
Sabemos si te gusta chupar los píes. O si te gustan los pezones pequeños. Sabemos si te drogas poco, mucho o bastante (no, nadie se droga nada). Sabemos si un día alguien te pidió dinero y se lo dejaste y no te lo devolvió, no, no te lo devolvió.
No podemos callar. No podemos guardarnos nada. De nadie. Sólo nuestros secretos guardamos. Y porque no hay más remedio.
Lo bueno de esto es que somos en ello campeones del mundo y todos, todos, lo practicamos, así que debería quedar anulado su poder (no es así, los más influyentes siempre pueden más en su murmurar). El más tonto hace relojes. Y luego otro va y lo cuenta.
En Estados Unidos se vuelven locos por el Beisbol, que es ese deporte tan aburrido que si no vas borracho no hay quien lo aguante. Es el deporte nacional. Y lo llevan a gala. Pese a que el resto del mundo se ría de ellos y les señale con el dedo por el aburrido deporte que practican.
¿Y en España? Pues en nuestro bonito país hay dos deportes fundamentales. Uno es el fútbol, del que hoy no hablaremos. Y el otro es el cotilleo. Todo el mundo rumorea. Todo el mundo murmura. Inventa. Miente. Lanza bulos. Especula.
Y no lo hace en ámbitos privados (tú a mí y yo a ti) si no que extendemos la mentira como los hijos de Dios se extendieron por la tierra.
Tenemos además un gusto raro por lo más sórdido: sexo, situaciones embarazosas, drogas, dinero,… todos sabemos cómo lo hacen los demás. Cómo la tienen de larga. Cómo de corta. Cómo de fea. Cómo son las tetas. Quién hace qué con quién. Cuál es el gusto más personal de cada uno.
Sabemos si te gusta chupar los píes. O si te gustan los pezones pequeños. Sabemos si te drogas poco, mucho o bastante (no, nadie se droga nada). Sabemos si un día alguien te pidió dinero y se lo dejaste y no te lo devolvió, no, no te lo devolvió.
No podemos callar. No podemos guardarnos nada. De nadie. Sólo nuestros secretos guardamos. Y porque no hay más remedio.
Lo bueno de esto es que somos en ello campeones del mundo y todos, todos, lo practicamos, así que debería quedar anulado su poder (no es así, los más influyentes siempre pueden más en su murmurar). El más tonto hace relojes. Y luego otro va y lo cuenta.
1 comentario:
y tanto...
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