Hay una marca de pasta de dientes que es recomendada por 9 de cada 10 dentistas. Y un champú que es recomendado por 9 de cada 10 dermatólogos. 9 de cada 10. Es decir que de todos los preguntados, que son más o menos 10, sólo 1 no recomienda esa cosa.
Esto suscita preguntas. La primera es ¿qué recomienda ese otro? Es decir ese hombre que ha estudiado una carrera como la de los otros, que tiene una experiencia como facultativo igual que la de los otros, que convive con problemas causados por la caspa, el sarro o lo que sea como los otros tiene una idea totalmente distinta.
¿Qué recomienda ese hombre? ¿Qué les dice a sus pacientes? ¿Lavarse los dientes con orina? ¿Con bicarbonato? ¿Con otra pasta de dientes? ¿Lavarse el pelo con clara de huevo? ¿Con el champú que fabrica su cuñado en casa?
¿Soborna la casa comercial a esos hombres? Tú vótame y yo te doy un lote de productos. Y te pago unas vacaciones en el Caribe. ¿Por qué esa unanimidad? En el supermercado, en la farmacia hay, ¿Cuántos champús anticaspa? ¿Cuántas marcas de pasta de dientes? Entonces, ¿por qué votan todos la misma? Cabe la posibilidad de que sea tan buena que haya que votarla, pero, la verdad se me viene una duda a la cabeza esta encuesta. No sé si fiarme de mi dentista. Él ha recomendado esa marca.
¿Qué mueve a esos hombres a no recomendar esa marca? ¿Le tienen manía? ¿No se fían? Y por último, ¿y si el que acierta es ese que no recomienda la citada marca? ¿Y si ese es un genio? ¿Y si es el mismísimo doctor House? ¿Qué hacemos? Si ese tío es un genio y sabe más que los demás estamos jodidos usando cosas que no funcionan.
No me va a quedar más remedio que dejar de hacer caso a la publicidad. Y a mi dentista. Y a la etiqueta del champú. No se puede confiar en nadie.
Esto suscita preguntas. La primera es ¿qué recomienda ese otro? Es decir ese hombre que ha estudiado una carrera como la de los otros, que tiene una experiencia como facultativo igual que la de los otros, que convive con problemas causados por la caspa, el sarro o lo que sea como los otros tiene una idea totalmente distinta.
¿Qué recomienda ese hombre? ¿Qué les dice a sus pacientes? ¿Lavarse los dientes con orina? ¿Con bicarbonato? ¿Con otra pasta de dientes? ¿Lavarse el pelo con clara de huevo? ¿Con el champú que fabrica su cuñado en casa?
¿Soborna la casa comercial a esos hombres? Tú vótame y yo te doy un lote de productos. Y te pago unas vacaciones en el Caribe. ¿Por qué esa unanimidad? En el supermercado, en la farmacia hay, ¿Cuántos champús anticaspa? ¿Cuántas marcas de pasta de dientes? Entonces, ¿por qué votan todos la misma? Cabe la posibilidad de que sea tan buena que haya que votarla, pero, la verdad se me viene una duda a la cabeza esta encuesta. No sé si fiarme de mi dentista. Él ha recomendado esa marca.
¿Qué mueve a esos hombres a no recomendar esa marca? ¿Le tienen manía? ¿No se fían? Y por último, ¿y si el que acierta es ese que no recomienda la citada marca? ¿Y si ese es un genio? ¿Y si es el mismísimo doctor House? ¿Qué hacemos? Si ese tío es un genio y sabe más que los demás estamos jodidos usando cosas que no funcionan.
No me va a quedar más remedio que dejar de hacer caso a la publicidad. Y a mi dentista. Y a la etiqueta del champú. No se puede confiar en nadie.
Doctor, ¿qué me recomienda?
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