Ya no escribo poemas. No sé si es culpa tuya, si es que me estoy volviendo cómodo o feliz o que no termino de ser feliz. No sé por qué pero no escribo. Tal vez porque he perdido la costumbre o porque madrugo tanto que me quedo dormido enseguida en todas partes como un niño pequeño.
Quiero escribir poemas, pero no los escribo. Los tengo. Los pienso. Anoto alguna de sus palabras en algún sitio. Te miro y los pienso. Te pienso y los pienso. Son poemas para ti. Palabras para ti. No las pronuncies. No las digas. No las sientas. Son sólo palabras. No sé siquiera si yo las siento o las quiero o las digo. No sé si son tuyas. No sé si son palabras.
Tampoco leo desde hace mucho tiempo. No poemas. Apenas un día de vez en cuando. Paso semanas sin leer. Y cuando leo no recuerdo. No aprovecho. Quizá esto y la escritura vayan unidas y como no puedo escribir no puedo leer. Quizá sea consciente y haya parado de hacer estas cosas para no hacerme daño. Porque tal vez veía a dónde iba. Iba a ti y no quiero ir a ti.
Sin embargo escucho canciones todo el rato. Y lo hago con la sensación de que hablan de mí. O de que hablan de ti. A veces creo que hablan de nosotros. Tengo mucha fantasía. Las canciones son buenas. Algunas son buenas. Otras no. Y las repito. Y las escucho. Alguna tiene alguna verdad. Otras son pura mentira. Pero me agarro a alguna frase para sujetarme a ti. A veces, por extraño que parezca, creo que te pierdo. ¿Cómo puede ser si nunca te he tenido? ¿Cómo si nunca te he querido? ¿Por qué me molesta dejar entonces de quererte?
Comprendes ahora por qué te digo cosas tan raras. Porque no tengo un pensamiento claro. Porque no sé qué digo, qué siento, qué pienso. Las ideas se me descontrolan. E imagino futuros a tu lado. Y futuros sin ti. Es más, futuros con otras. Todos son felices. ¿Puedo ser feliz? Me gustaría que tú lo fueras. Y siento que es imposible que yo te haga feliz. Es una putada. Pero lo pienso así.
Es una suerte que no me estés oyendo ahora. A no ser que me estés leyendo el pensamiento. Si me lo lees, parpadea exageradamente. Bien, no lo haces. Si me lees y no quieres demostrarlo eres una puta. No has hecho ningún gesto no me lees el pensamiento.
Creo que te quiero. Pienso tu nombre a todas horas y a veces lo digo cuando hablo con otras. Es difícil. Eres difícil. Pero yo soy más difícil. Así no seremos felices nunca. Dejaré de pensar en ti ahora. Ahora. Ahora. Joder, no me daba cuenta. No pienso en ti. Pienso en mí. Dejaré de pensar en mí ahora. Ahora. Ahora. Ahora. Ahora.
Quiero escribir poemas, pero no los escribo. Los tengo. Los pienso. Anoto alguna de sus palabras en algún sitio. Te miro y los pienso. Te pienso y los pienso. Son poemas para ti. Palabras para ti. No las pronuncies. No las digas. No las sientas. Son sólo palabras. No sé siquiera si yo las siento o las quiero o las digo. No sé si son tuyas. No sé si son palabras.
Tampoco leo desde hace mucho tiempo. No poemas. Apenas un día de vez en cuando. Paso semanas sin leer. Y cuando leo no recuerdo. No aprovecho. Quizá esto y la escritura vayan unidas y como no puedo escribir no puedo leer. Quizá sea consciente y haya parado de hacer estas cosas para no hacerme daño. Porque tal vez veía a dónde iba. Iba a ti y no quiero ir a ti.
Sin embargo escucho canciones todo el rato. Y lo hago con la sensación de que hablan de mí. O de que hablan de ti. A veces creo que hablan de nosotros. Tengo mucha fantasía. Las canciones son buenas. Algunas son buenas. Otras no. Y las repito. Y las escucho. Alguna tiene alguna verdad. Otras son pura mentira. Pero me agarro a alguna frase para sujetarme a ti. A veces, por extraño que parezca, creo que te pierdo. ¿Cómo puede ser si nunca te he tenido? ¿Cómo si nunca te he querido? ¿Por qué me molesta dejar entonces de quererte?
Comprendes ahora por qué te digo cosas tan raras. Porque no tengo un pensamiento claro. Porque no sé qué digo, qué siento, qué pienso. Las ideas se me descontrolan. E imagino futuros a tu lado. Y futuros sin ti. Es más, futuros con otras. Todos son felices. ¿Puedo ser feliz? Me gustaría que tú lo fueras. Y siento que es imposible que yo te haga feliz. Es una putada. Pero lo pienso así.
Es una suerte que no me estés oyendo ahora. A no ser que me estés leyendo el pensamiento. Si me lo lees, parpadea exageradamente. Bien, no lo haces. Si me lees y no quieres demostrarlo eres una puta. No has hecho ningún gesto no me lees el pensamiento.
Creo que te quiero. Pienso tu nombre a todas horas y a veces lo digo cuando hablo con otras. Es difícil. Eres difícil. Pero yo soy más difícil. Así no seremos felices nunca. Dejaré de pensar en ti ahora. Ahora. Ahora. Joder, no me daba cuenta. No pienso en ti. Pienso en mí. Dejaré de pensar en mí ahora. Ahora. Ahora. Ahora. Ahora.
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