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sábado, marzo 22, 2008

MÚSICA SACRA

Siguiendo con nuestro paseo por la relación entre cultura y religión vamos hoy con la música. Siendo como es la más espiritual, insondable y sugestiva de todas las artes, no extraña nada que la música haya sido tomada por los artistas para expresar su relación con Dios o, más allá, su sentimiento hacia ese Dios amado.

En esta época de Semana Santa las celebraciones de festivales o conciertos de música Sacra se multiplican por todas partes. Muchas parroquias ofrecen interpretaciones de estas piezas recogidas e íntimas. Dándose una vuelta por el periódico o por internet seguro que encontramos alguna que no nos pille lejos y a la que podamos acercarnos.

El más famoso, no obstante, es el Festival de Música Sacra que se celebra desde ya un tiempo y con gran éxito en Cuenca. Allí podemos disfrutar de múltiples obras y versiones que nos llenaran de recogimiento, pues en esta fecha, lo que se representa en mayor medida son pasiones u otras obras relacionadas con la Semana Santa. Aún así por muchas otras partes se celebran, muchas veces al aire libre, conciertos o representaciones más complejas de pasiones o vía crucis acompañadas por música de este tipo.

Dejemos por hoy a un lado la música religiosa general (hay cientos de obras compuestas para misas o réquiems) y centrémonos en aquellas que tienen la Pasión y Muerte de Jesús como tema central.

Sería justo comenzar por el Stabat Mater de Pergolesi, el más famoso, pero no el único de los Stabat Mater que ha dado la música. En él junto a una música recogida, dolorosa e íntima se procede al cante, recitación o salmodia (depende de la versión, el director y demás) de un poema medieval en latín (el Stabat Mater). Este poema cuenta los sentimientos y palabras de la Virgen al encontrarse con Cristo crucificado. Ella está junto a la cruz (Stabat Mater) y desde allí nos cuenta su dolor de madre por la pérdida de su hijo querido. Puede llegar a sobrecoger incluso al más descreído.

De una duración mucho más larga son las pasiones. Hay muchas y de muchos autores, pero las que vamos a destacar son dos de un mismo autor. En concreto La Pasión según San Mateo y la Pasión según San Juan de Bach. (Se dice que Mozart es la música y que Bach es el músico, esta es otra historia pero creo que podemos estar de acuerdo con esta idea, pese a que sea un lugar común).

Las dos obras tienen forma “operística” para que nos entendamos y ambas nos cuentan la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz. Con una música tensa, desgarradora y en algunos momentos tan tenue que desaparece, La Pasión según San Mateo es la más famosa de todas las pasiones, la más representada y la más editada. Es también la que tiene más fama y verdaderamente una vez escuchada no extraña.

Sin embargo, una vez escuchadas ambas, la Pasión según San Juan puede llegar a ser más sobrecogedora al ser más humana y hasta más sincera. Parece que realmente percibimos a través de las notas de la música ese dolor que sintió Jesús en sus carnes al ser azotado, torturado y crucificado. Si podéis escuchadlas y comparadlas. No os asuste que estén en alemán, hay traducciones en internet.

De estas pasiones sorprende el hecho de que son expresiones católicas del dolor de Dios cuando están escritas por Bach que no era católico, sino protestante. De Bach también son las Cantatas que se representan en muchas iglesias por estas fechas. Si podéis acercaros a oír alguna.

Y finalizando ya, recomendar también la lectura de la Oda III, a Francisco de Salinas de Fray Luis de León, para entender así mejor la relación íntima y estrecha entre música y elevación del alma, entre música y sentimiento religioso.


Representación de la Pasión.

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