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miércoles, agosto 26, 2009

MÁS DEPRESOR DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Esta vez el que se puso fino fue Germán, que le dio por contarme esta historia tan triste, que realmente creo que es una trola (no es cierto que los niños y los borrachos digan la verdad, son dos de los grupos de personas a los que más he oído mentir):
“Cuando me enfadaba con mi padre, me encerraba en mi habitación a odiarle, porque siempre he odiado mejor en soledad. Allí imaginaba que él moría y yo me hacía con la responsabilidad de la familia y lograba sacarla adelante siendo un héroe para mi madre y mis hermanas. Otras veces mataba también a mi madre porque estaba de su lado o porque el enfado era con ella, y lograba también ser un héroe, otras veces lo mataba a todos, también a mis hermanas, y me convertía no en héroe familiar, sino en un héroe público y disfrutaba aún más.
Nunca funcionó, no conseguía matar a nadie, salvo al canario, que una vez me picó en e un dedo, pero me arrepentí tanto de matarlo que me convertí al cristianismo y el cura me puso treinta ave marías de penitencia, uno por el canario, cuatro por los malos pensamientos y el resto por toda una vida de ateo. En la iglesia conocí a la que hoy es mi mujer. Cuando me enfado con ella no imagino que se muere, sino la reconciliación. Si me cogiese el cura ahora no salía de la iglesia en tres meses, uno por los malos pensamientos y dos por las reconciliaciones.”
Por lo visto luego se divorció y se hizo budista. O no sé qué.


Buda dorado

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