Publicidad

martes, junio 18, 2013

LA TRADICIÓN AGLUTINADORA

Lo tradicional tiene un gran peso entre nosotros. La moral tradicional se muestra tan fuerte que atrae hacia sí a aquellos que siempre han estado fuera de su órbita. Los homosexuales, que durante mucho tiempo han sido brutalmente expulsados de todo lo tradicional y que además han sido vilipendiados por medios aún más tradicionales y reaccionarios, se veían tan atraídos por la forma de vida tradicional que una de sus reivindicaciones históricas era poder formar matrimonios y familias iguales a los heterosexuales. Tanto peso tenía lo tradicional que los que estaban fuera de ello lo veían como algo deseable, como una aspiración.

Sucede continuamente, lo tradicional, lo normativo, se percibe como lo más estable y feliz y deseable. De ahí que los que se encuentran en los extremos de esa tradición quieran arrimarse al centro, disfrutar de los alicientes que la tradición puede ofrecerles.

Lo mismo sucede en música, literatura o cine. Los relatos más alejados de lo tradicional son los que tienen más problemas para ser aceptados y entendidos. Y son los que están más cerca de lo ya conocido los que triunfan. El riesgo de lo desconocido es enorme, de ahí que se acerquen a la tradición, a lo usual para ser comprendidos. Las vanguardias de cualquier arte se estudian como bichos raros, como elementos perturbadores, con zonas de máxima belleza, pero con un futuro difícil por su alejamiento de lo más comprensible.

Y pasados los años, la vanguardia cae en el olvido de lo incomprendido o es asimilada por la tradición a costa de volver a esa vanguardia una parte más de la tradición. Porque al final todo arte superviviente se convierte en eso, en tradición, en norma. Ese es el gran éxito, formar parte de la entraña íntima de un pueblo, formar parte de la tradición.

La consagración de la primavera, Poeta en Nueva York, Ulises, Un perro andaluz, La noche transfigurada, Pedro Páramo, Metrópolis, acaban por formar parte de la tradición y acomplándose a ella no para crearla nueva, sino para renovarla minímamente y poder así, seguir sobreviviendo. Y sobrevivir es uno de los objetivos, o consecuencias, de todo arte.




No hay comentarios: