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jueves, junio 06, 2013

LA FICCIÓN MODIFICA A LA REALIDAD (PRETTY WOMAN Y NOTTING HILL)

La ficción tiene el podre de fijar nuestros deseos. Unas veces los crea, mostrándonos algo que parece tan bueno que no hay más remedio que desearlo. Otras veces los recrea, mostrando lo que ya estaba en nuestra cabeza, lo que queríamos. Otras veces los varía, dando tonos diferentes a lo que queríamos, dando unas pinceladas de felicidad en lo que nosotros ya habíamos planeado con anterioridad.

La ficción tiene, pues, el poder de influir en lo que deseamos. Y si tiene ese poder, influye en nuestro comportamiento, porque queremos conseguir lo que deseamos. Y queremos conseguirlo tal y como lo deseamos. En la ficción eso que deseamos es conseguido mediante unos medios, así que nada mejor que copiar ese comportamiento para conseguir nuestro deseo.

Por lo tanto, la ficción, desde el campo de la imaginación, modifica continuamente el mundo, porque modifica a las personas que viven en él. Y las modifica de la única manera en que es posible modificar el comportamiento y el pensamiento humano: individualmente. La ficción nos cambia de uno en uno para transformarnos, uno a uno en otra cosa diferente.

No sorprende, por lo tanto, que cada vez que se repone Pretty Woman los índices de audiencia sean tan altos. Está mostrando un deseo a través de una ficción. Es el objetivo al que se quiere acceder, la realidad a la que se quiere optar. Un hombre guapo, rico, caballeroso que se fija en una chica a pesar de su condición y su trabajo y que se enamora de ella igual que ella se enamora de él. Un deseo común que se ve expuesto y que se refleja en la realidad al día siguiente.

El final de Notting Hill es otro ejemplo. Suena She, interpretada por Elvis Costello, y nuevamente un hombre y una mujer de distintas procedencias sociales, se han conocido y se han enamorado y viven, mientras suena esa canción, mientras suena “ella el espejo de mis sueños (...) tomaré sus lágrimas y su risa y haré de ellas mi souvenir” se ve un futuro que es deseable por sí mismo, pero más aún al verlo representado de una forma casi posible.

Y como con estos dos ejemplos con muchos otros. Sueños que se convierten en una realidad por un instante en la ficción y que a través de ahí acaban por parecer posibles en la realidad, porque esa ficción presenta un mundo con unas cualidades calcadas del real. Y así, además de muchas otras maneras, transforma la ficción a la realidad convirtiéndola en otra realidad distinta, pero nunca en la ficción. Porque nunca nada es tan perfecto como lo es en la ficción.


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