Hay que atravesar un largo pasillo sin ventanas, con puertas cerradas a los lados, con luces fluorescentes en el techo. Los pasos resuenan fuertemente en ese pasillo. Los pasos de Laura que lleva esas botas que tanta gracia le hacen a Rubén. “¿Sabes para qué hace que suenen? Porque provoca el deseo en los hombres, es como la campana para el perro.”
Laura camina por ese pasillo buscando la puerta de Luis. Desde fuera el edificio parece distinto, más cálido, más accesible. Pero al fin y al cabo las oficinas no dejan de ser oficinas. El guarda de la puerta le permitió subir, le indicó el ascensor. Se preguntaba para qué tantas formalidades. En aquel lugar, no demasiado grande, no pasaba nunca nada. No era lógico tener tanta seguridad, tantas precauciones.
El despacho de Luis es también bastante frío. Como el de todos los demás abogados. Se entra en el bufete primero. Hay una sala de espera que sí da un tono más plácido, supone Laura que para confortar a los clientes. Para que su espera no sea intranquila. Luego los despachos son distintos. El de Jaime es más familiar, con fotos y cosas propias. El de Luis sólo profesional. No hay fotos. No hay objetos personales, más allá de un paraguas y en un armario algo de ropa para cambiarse por si acaso.
A Laura le hace ilusión la visita. No sabía a qué se dedicaba Luis. Todos los abogados hacen lo mismo. Pero nadie sabe lo que es. Luis sobre todo se dedica a los divorcios y a redactar contratos. Casi nunca toca cosas penales. Ni laborales. Eso es cosa de Jaime. Le ayuda alguna vez con esas cosas. Pero todos esos casos le parecen excesivamente complicados. Con demasiada responsabilidad.
Van a salir a cenar. Laura y Luis. A un restaurante que Luis descubrió hace poco con un cliente y que quería por encima de todo enseñarle a Laura. Ella se ha puesto guapa realmente. Rubén no la ha preguntado donde iba. Estaba un poco ocupado corrigiendo. O haciendo que corregía.
Laura se siente bien, guapa, fuerte. Siente que sí tiene ganas de tocar a aquel hombre. Pero aún no sabe si tendrá fuerza suficiente para hacerlo. Ella no se la ha dicho ni a sí misma, pero lo tiene claro. Su amor por Rubén ha terminado.
Laura camina por ese pasillo buscando la puerta de Luis. Desde fuera el edificio parece distinto, más cálido, más accesible. Pero al fin y al cabo las oficinas no dejan de ser oficinas. El guarda de la puerta le permitió subir, le indicó el ascensor. Se preguntaba para qué tantas formalidades. En aquel lugar, no demasiado grande, no pasaba nunca nada. No era lógico tener tanta seguridad, tantas precauciones.
El despacho de Luis es también bastante frío. Como el de todos los demás abogados. Se entra en el bufete primero. Hay una sala de espera que sí da un tono más plácido, supone Laura que para confortar a los clientes. Para que su espera no sea intranquila. Luego los despachos son distintos. El de Jaime es más familiar, con fotos y cosas propias. El de Luis sólo profesional. No hay fotos. No hay objetos personales, más allá de un paraguas y en un armario algo de ropa para cambiarse por si acaso.
A Laura le hace ilusión la visita. No sabía a qué se dedicaba Luis. Todos los abogados hacen lo mismo. Pero nadie sabe lo que es. Luis sobre todo se dedica a los divorcios y a redactar contratos. Casi nunca toca cosas penales. Ni laborales. Eso es cosa de Jaime. Le ayuda alguna vez con esas cosas. Pero todos esos casos le parecen excesivamente complicados. Con demasiada responsabilidad.
Van a salir a cenar. Laura y Luis. A un restaurante que Luis descubrió hace poco con un cliente y que quería por encima de todo enseñarle a Laura. Ella se ha puesto guapa realmente. Rubén no la ha preguntado donde iba. Estaba un poco ocupado corrigiendo. O haciendo que corregía.
Laura se siente bien, guapa, fuerte. Siente que sí tiene ganas de tocar a aquel hombre. Pero aún no sabe si tendrá fuerza suficiente para hacerlo. Ella no se la ha dicho ni a sí misma, pero lo tiene claro. Su amor por Rubén ha terminado.
1 comentario:
Hola, no he encontrado ninguna dirección para enviaros un email privado pero bueno, solo quiero que veais lo que hago, webcomic, una página con blog adicional, esto os llevara a COMO LOS SAPOS CIEGOS, EL BLOG, desde donde podréis acceder al la página con todos los números publicados.Solo he leido la entrevista a Juarma y me ha gustado. Un saludo amigos. Me voy a saltar lo de "me gusta mucho lo que hacéis" porque si no fuera así, no estaría aquí.
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