Ayer Rubén y Mateo estuvieron corriendo. Rubén andaba algo desconcentrado. Hoy han ido a cambiar la pila del pulsómetro de Mateo. Parece mentira, se ha dicho Mateo, que dependamos tanto de las cosas. Este aparato sabe descifrar mejor que yo las sensaciones que tengo. De hecho traduce todo a datos y no como mis sensaciones que a veces son contradictorias. Él sabe hasta dónde puedo. Y cuando lo estoy haciendo bien.
Han cambiado la pila y han estado viendo otros aparatos, zapatillas, ropa y otras cosas indicadas para correr. Ahora han salido a pasear un rato. Pasear no es como correr. No hace falta la concentración, la respiración, se pueden parar, pueden hablar con más calma. Pararse a saludar a los conocidos.
Hablan de cine. Mateo ha comprado Sólo ante el peligro y la ha visto. Es una de las películas favoritas de Mateo. Le gusta el modo de afrontar el destino de Gary Cooper. Es algo muy estoico. El destino es así. Y es mi deber aceptarlo. Sin quejas. Hacer lo que pueda para salir adelante. Y al final, siendo consecuente, y con la ayuda de los dioses o la fortuna o Grace Kelly, Gary Cooper consigue su objetivo.
Un héroe estoico. Algo que no me gustaría ser. Ha dicho Mateo. Pero algo que tenemos que ser, ha dicho Rubén. Los dos han estado de acuerdo en eso. Que el único tipo de héroe que se puede ser, el que se debe ser, es el estoico, el que afronta lo que le viene con las virtudes que tiene, sin sobresaltarse, sin culpar al destino ni al prójimo, viendo en ello la naturalidad. Sin excederse ni exaltarse.
Y ese es el heroísmo diario. El de sobrevivir. Rubén ha dicho, Ya no quiero a Laura, creo que ya no quiero a Laura. Mateo, que esperaba que el nombre de ella saliera, se ha sorprendido de que sea en esta frase, de esta forma.
Ves, un motivo más de heroísmo. Mantenerte firme en una decisión, en una idea. Ser consecuente. No me siento con capacidades para ser un héroe. No puedo decírselo. Pero sé que tengo que hacerlo. No puedo dejar que todo siga sin más, que su vida esté parada a mi lado sin más.
Mateo sabe que Rubén será consecuente y así se lo ha dicho. Muchas veces todo es más fácil de lo que imaginamos. Y si has sido capaz de llegar a esa conclusión y decirla ya una vez, serás capaz de decirla dos y tres, y más veces, y podrás decírsela a ella. Seguro.
Rubén sabe que eso es así, y que ahora ya no hay vuelta, que lo dicho se convierte en real. Y que es cierto que ya no quiere a Laura. Ya no es un pensamiento. Ya no lo imagina. Es la verdad.
Han cambiado la pila y han estado viendo otros aparatos, zapatillas, ropa y otras cosas indicadas para correr. Ahora han salido a pasear un rato. Pasear no es como correr. No hace falta la concentración, la respiración, se pueden parar, pueden hablar con más calma. Pararse a saludar a los conocidos.
Hablan de cine. Mateo ha comprado Sólo ante el peligro y la ha visto. Es una de las películas favoritas de Mateo. Le gusta el modo de afrontar el destino de Gary Cooper. Es algo muy estoico. El destino es así. Y es mi deber aceptarlo. Sin quejas. Hacer lo que pueda para salir adelante. Y al final, siendo consecuente, y con la ayuda de los dioses o la fortuna o Grace Kelly, Gary Cooper consigue su objetivo.
Un héroe estoico. Algo que no me gustaría ser. Ha dicho Mateo. Pero algo que tenemos que ser, ha dicho Rubén. Los dos han estado de acuerdo en eso. Que el único tipo de héroe que se puede ser, el que se debe ser, es el estoico, el que afronta lo que le viene con las virtudes que tiene, sin sobresaltarse, sin culpar al destino ni al prójimo, viendo en ello la naturalidad. Sin excederse ni exaltarse.
Y ese es el heroísmo diario. El de sobrevivir. Rubén ha dicho, Ya no quiero a Laura, creo que ya no quiero a Laura. Mateo, que esperaba que el nombre de ella saliera, se ha sorprendido de que sea en esta frase, de esta forma.
Ves, un motivo más de heroísmo. Mantenerte firme en una decisión, en una idea. Ser consecuente. No me siento con capacidades para ser un héroe. No puedo decírselo. Pero sé que tengo que hacerlo. No puedo dejar que todo siga sin más, que su vida esté parada a mi lado sin más.
Mateo sabe que Rubén será consecuente y así se lo ha dicho. Muchas veces todo es más fácil de lo que imaginamos. Y si has sido capaz de llegar a esa conclusión y decirla ya una vez, serás capaz de decirla dos y tres, y más veces, y podrás decírsela a ella. Seguro.
Rubén sabe que eso es así, y que ahora ya no hay vuelta, que lo dicho se convierte en real. Y que es cierto que ya no quiere a Laura. Ya no es un pensamiento. Ya no lo imagina. Es la verdad.
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