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domingo, noviembre 01, 2009

AMOR

Han pasado unas semanas. Rubén sigue con sus pensamientos, pero ha llegado a la misma pregunta que se hacía unos meses atrás, ¿qué es el amor? Laura sigue con su vida, parece que no le afecta nada. Rubén no la ve cambiada, pero la mira menos, o la ve menos, o por lo menos de otra manera.
Rubén busca, como intenta siempre, la respuesta a la pregunta. Esa respuesta es lo más importante en su vida, porque es la que configura su vida. Si encuentra una respuesta, sea cual sea, su vida podría cambiar. Si la respuesta es que el amor no existe debería, en consecuencia, dejar a Laura.
Y Rubén también busca la respuesta fuera de él. Está buscando en libros, en artículos, en películas, en comportamientos esa respuesta. Está buscando la esencia misma que le permita descubrir si existe o no el amor. Y después sabe que tendrá que describirlo, tendrá que definirlo y saber si es capaz o no de sentirlo y si lo siente o no (incluso si lo ha sentido o no) por Laura.
Así que una vez más Rubén está recordando el pasado, estudiando su pasado para descubrir si de verdad ha querido a Laura o a otra. El hecho de ser un hombre tan frío (él mismo se lo dice) le dice que tal vez no pueda expresar el amor porque no lo siente.
Ha buscado manuales, ha buscado ensayos. Lo discute siempre que puede con Mateo. Hablan del Banquete y de otros libros, de teorías sobre el amor.
De momento Rubén ha distinguido el deseo del amor. Son dos cosas distintas. Sabe que siempre ha deseado a Laura y que aún la desea. Pese a que no haga efectivo ese deseo desde hace mucho. Siente que no podría. Que no sería justo con ella ahora mismo. Que la estaría engañando. Con ella misma.
El deseo es otra cosa y Rubén lo sabe. Porque el deseo necesita ser satisfecho y si no lo es provoca frustración y se transforma luego en dolor. Hay poco camino del deseo al dolor. El camino de la realidad.
Ese es el avance de Rubén hasta el momento. Ha distinguido el deseo por Laura del amor por Laura.

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